Starhopper, la plataforma de pruebas de SpaceX para el desarrollo de su motor Raptor y del cohete Super Heavy y de la nave Starship, ha llevado a cabo con éxito su segundo vuelo. En esta ocasión se elevó unos 150 metros y se desplazó otros 100 en horizontal antes de aterrizar de una pieza en una plataforma distinta de aquella de la que había despegado.
El Big Fucking Falcon Rocket, que es la combinación del Super Heavy y del Starship, también conocido como BFR, es un cohete súper pesado con una capacidad estimada de colocar 100.000 kilos en órbita baja terrestre. Forma parte fundamental de los futuros planes de Elon Musk de enviar misiones tripuladas a Marte. Pero siendo más realistas todo indica que será una magnífica opción para enviar sondas grandes y pesadas y cargadas de instrumentos a los confines del sistema solar.
Impresión artística de la separación de un Super Heavy y un Starship – SpaceX
En el vídeo es bastante impresionante ver cómo ajustando la potencia y la inclinación del Raptor y con la ayuda de unos propulsores de gas comprimido en la parte superior el vehículo no parece tener ningún problema para elevarse y moverse manteniendo la estabilidad.
SpaceX llevaba un tiempo lista para hacer esta prueba pero se retrasó porque hasta hace unos días no tenían el permiso de la Autoridad Federal de Aviación de los Estados Unidos para volar a más de 25 metros.
En principio este será el último vuelo de Starhopper, aunque seguirá siendo utilizado como plataforma estática de pruebas para el Raptor. Y es que lo siguiente que se espera de SpaceX son pruebas de vuelo de las dos unidades de prueba de cohetes Starship que está ensamblando en sus instalaciones de Boca Chica en Texas y Cocoa en Florida.
Estos vehículos montan tres motores Raptor en vez de uno y se espera que alcancen alturas mucho mayores que el Starhopper. Según Elon Musk –aunque las fechas que va soltando siempre hay que tomarlas con precaución– los Starship Mk 1 y Mk 2 podrían estar terminados a mediados de septiembre, con lo que podrían volar en otoño.
150 metros pueden no parecer gran cosa. Pero el proceso que está siguiendo SpaceX con el desarrollo de Super Heavy y de Starship es muy similar al que usó en su momento para el desarrollo del Falcon 9 con el Grasshopper y el FR9 Dev. Y si nos atenemos al éxito conseguido entonces es de esperar que con Super Heavy y Starship les vaya igual de bien, aunque en ingeniería construir las cosas más a lo grande hace que a menudo los problemas no crezcan de manera lineal sino exponencial.
En cualquier caso aunque es cierto que los logros de SpaceX hacen que a menudo parezca que realmente estamos viviendo en el futuro en este caso no sería justo dejar de mencionar el DC-X, que en 1993 ya estaba haciendo despegues y aterrizajes verticales, aunque el programa fue cancelado en 1996.
Pero creo que el destino de los dos proyectos será muy distinto gracias a los avances en materiales y tecnologías que se han producido en el cuarto de siglo que separa los dos proyectos, además del hecho de que SpaceX es una empresa privada que no está al albur de los cambiantes planes de una administración estatal.