Por @Wicho — 9 de diciembre de 2020

El prototipo Starship SN8 de SpaceX resultó destruido al aterrizar tras su primer –y obviamente único– salto en el que alcanzó los 12,5 kilómetros de altitud. Pero para eso se hacen pruebas. Y esta parece haber salido muy bien. Salvo la explosión final.

Hay que esperar a que SpaceX publique los resultados de la prueba –los que le parezca, al menos– pero todo parece haberse desarrollado más o menos según lo previsto hasta el aterrizaje, aunque durante el ascenso se apagaron dos de los tres motores Raptor. Lo que no tenemos claro es si a propósito o no, pero teniendo en cuenta que luego al menos uno de ellos se volvió a encender parece ser que sí.

La transición al vuelo sobre su panza pareció perfectamente controlada, igual que el planeo controlado mediante las aletas y la transición de vuelta a la vertical. El problema estuvo en que según cuenta Elon Musk en el momento de encender los motores para frenarlo para el aterrizaje la presión de combustible en el depósito era demasiado baja y…

Pero en cualquier caso ha sido emocionante y según dice Musk SpaceX ha conseguido todos los datos que esperaban. Ya contamos los minutos hasta el vuelo del SN9.

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