Por @Wicho — 11 de septiembre de 2017

El Hubble en órbita

El 11 de septiembre de 2017 el telescopio espacial Hubble completaba su órbita 150.000 desde su lanzamiento el 25 de abril de 1990 y el próximo 27 de septiembre de 2017 cumplirá su día número 10.000 en órbita.

Aproximadamente un 60% de cada órbita es tiempo útil para observaciones astronómicas –la Tierra se interpone a menudo– y de éste aproximadamente la mitad se utiliza en realidad para observaciones por como funcionan los instrumentos de a bordo.

El Hubble está en una órbita prácticamente circular de 540 kilómetros de altitud. Pero como aún ahí arriba hay restos de atmósfera su órbita va decayendo, por lo que, dependiendo sobre todo de cómo la actividad solar afecte a la atmósfera, terminará reentrando entre 2028 y 2040.

Pero es muy posible que antes de eso alguno de sus sistemas críticos falle, con lo que no podrá seguir haciendo observaciones… aunque para entonces, esperemos, estará en servicio el telescopio Espacial James Webb.

En cualquier caso, dure lo que dure, el Hubble, con las más de un millón de observaciones que lleva, y contando, nos ha permitido acercarnos a las estrellas más viejas del universo, nos ha permitido descubrir la energía oscura, de cuya existencia no teníamos noticia antes de lanzarlo, hemos obtenido imágenes de planetas extrasolares…

Como decía Javier Armentia, del Planetario de Pamplona, con motivo del 25 aniversario del lanzamiento del Hubble:

Los astrofísicos sabemos que gracias a los grandes telescopios terrestres que comenzaron a funcionar en los 80, y a los observatorios espaciales que, especialmente a partir del Hubble, permitieron observar a la vez desde muy distintos lugares, con gran capacidad de resolución y detalle, y sobre todo en un amplio rango de longitudes de onda, nació una nueva astrofísica y se desarrolló como nunca en la historia de la Astronomía. Los avances de estos últimos 25 años han sido tan poderosos que nuestra idea del Universo es ahora tan diferente que parece increíble que solo haya pasado un cuarto de siglo.

Pero, también, y no es algo menor al lado de los avances más científicos, hemos aprendido a amar un Cosmos sorprendentemente bello y misterioso.
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