Por @Wicho — 31 de enero de 2022

Como ya hemos comentado en varias ocasiones el telescopio espacial James Webb va a pasarse su vida útil en órbita alrededor del punto de Lagrange L2 del sistema Sol – Tierra y apuntando siempre en dirección contraria al Sol con la parte en la que está montado el telescopio propiamente dicho. Pero no por ello tendrá problema para observar todo el cielo. De hecho puede ver el 39% del cielo en un día cualquiera y puede ver el 100% del cielo en 6 meses.

Esto es debido, por una parte, a que se mueve con la tierra alrededor del sol. Y por otra a que no siempre mira hacia el mismo punto. En su posición «de reposo» el Webb apunta hacia arriba respecto al plano de la eclíptica. Pero puede hacer movimientos de cabeceo de 5º en dirección al Sol y de 45º en dirección contraria (a la izquierda en la ilustración siguiente); movimientos de alabeo (sobre su eje longitudinal) de 5º en las dos direcciones (en el centro de la ilustración); y puede hacer movimientos de guiñada (rotar sobre su eje vertical) de 360º (a la derecha).

Movimientos de cabeceo, alabeo y guiñada del Webb – NASA
Movimientos de cabeceo, alabeo y guiñada del Webb – NASA

Como decía antes, combinando los tres movimientos el Webb puede observar el 39% del cielo visible en un día determinado. Es esa banda que se ve en claro en la ilustración y que rodea la posición del Webb. Con el desplazamiento del telescopio alrededor del Sol las bandas de visibilidad se van solapando hasta que cubren todo el cielo visible; se ve bien en el vídeo de arriba:

Porción del cielo que puede ver el Webb en un día determinado – NASA
Porción del cielo que puede ver el Webb en un día determinado – NASA

Eso sí, para no complicar más el diseño del telescopio en vez de mover sólo la parte óptica se gira todo el conjunto gracias a las ruedas de reacción que lleva a bordo; eso minimiza las partes móviles y por tanto los posibles puntos de fallo.

Y, de nuevo repitiéndome, combinando los movimientos de cabeceo, alabeo y guiñada con la órbita que describe alrededor del Sol acompañando a la Tierra, el Webb puede ver todo el cielo cada seis meses.

Así que el verdadero problema es priorizar esas observaciones y decidir quién consigue tiempo en el Webb y quién no. Igual que en el caso del Hubble, hay piñas para conseguir esos slots de observación.

Aunque primero el Webb aún tiene que entrar en servicio, para lo que faltan unos cinco meses; aún hay que esperar a que se enfríe del todo –le faltan unos 20 ºC–, a que sea alineado y enfocado, y a que se enciendan y calibren sus instrumentos.

El despliegue del Webb se puede seguir en la web Where is Webb? Aunque hay información más inmediata en la cuenta de Twitter @NASAWebb, gestionada por la NASA, y en @ESA_Webb gestionada por la Agencia Espacial Europea (ESA).

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