Por @Wicho — 19 de mayo de 2022

Todo está listo en el Complejo de Lanzamiento 41 de Cabo Cañaveral para el despegue de una cápsula Starliner rumbo a la Estación Espacial Internacional (EEI). Boeing, la empresa que la fabrica, se juega mucho de su maltrecho prestigio porque es ya el tercer intento de lanzar su cápsula tripulada a la EEI. Los dos anteriores acabaron mal; de hecho el segundo hubo que cancelarlo antes de ser llevado a cabo.

La NASA también se la juega, aunque en menor medida, porque la Starliner tendría que ser la alternativa a las Crew Dragon de SpaceX para disponer de redundancia en el lanzamiento de misiones tripuladas a la Estación y aún no lo es. Y porque en su momento decidió otorgar un contrato multimillonario –y de bastante más importe que el de SpaceX– a Boeing para ayudar con el desarrollo de la Starliner y hasta ahora no ha dado los frutos deseados. Aunque al menos en esta ocasión los 600 millones de dólares en los que se estima el coste de la misión los asumirá Boeing.

El fiasco del primer lanzamiento

El primer lanzamiento de una Starliner rumbo a la EEI, ya con años de retraso sobre las previsiones iniciales, aunque en parte causados por la escasa financiación que dio al programa el gobierno de los Estados Unidos, tuvo lugar en diciembre de 2019. Y terminó en un sonoro fracaso, por mucho que Boeing y la NASA hablaran luego de lecciones aprendidas y esas cosas. Por suerte la cápsula no iba tripulada.

Tras separarse del cohete Atlas V que la lanzó la cápsula empezó a maniobrar como si estuviera en las proximidades de la Estación. Eso ocurrió a causa de un error en su software de a bordo que la llevó a «pensar» que estaba más de once horas más adelante en la misión de lo que en realidad estaba. Además, un fallo en el sistema de comunicaciones impidió que la cápsula recibiera los comandos que desde el control de la misión intentaban corregir el problema. El resultado fue que la Starliner gastó tanto combustible que hubo que abandonar la idea de que tan siquiera intentara aproximarse a la EEI.

Pero además, pocas horas antes de la maniobra de reentrada, Boeing descubrió que el software de control de los motores de maniobra contenía errores de programación. Eso podía haber hecho que la cápsula, tras la separación del módulo de servicio, chocara con él, lo que podía haber estropeado el escudo térmico, lo que a su vez podría haber causado su destrucción durante la reentrada en la atmósfera. Por fortuna el software pudo ser corregido a tiempo y la cápsula aterrizó de una pieza, aunque sin haber cumplido su misión.

La Starliner ya en tierra
Primer aterrizaje de una Starliner que ha ido al espacio – NASA

En total el comité que revisó la misión a posteriori descubrió más de 60 problemas serios que Boeing tuvo que arreglar antes tan siquiera de poder pensar en un segundo intento de lanzamiento.

Lanzamiento cancelado

El segundo intento de lanzamiento, entre revisiones, correcciones, y con la ayuda inestimable de la pandemia de covid 19, no llegó hasta el verano de 2021. Pero tuvo que ser cancelado porque 13 de las 24 válvulas de oxidante del módulo de servicio estaban atascadas y no respondían a los comandos que se les enviaban.

La cápsula fue devuelta al edificio de ensamblado en la que es preparada para los lanzamientos con la idea de solucionar el problema pronto y volver a intentarlo. Pero las válvulas siguieron diciendo que no y al final a Boeing no le quedó más remedio que sustituir el módulo de servicio por el que estaba preparando para la siguiente misión, lo que impidió lanzarla en 2021.

Ese módulo de servicio, de todos modos, contiene válvulas iguales a las que dieron problemas. Aunque Boeing dice haberlas aislado mejor de la humedad ambiente y que hasta ahora han funcionado de forma adecuada en todas las pruebas. Aunque resulta bastante sorprendente que no vieran con anterioridad que la humedad –sobre todo en Florida– iba a ser un problema. Y de hecho no descartan un rediseño para futuros lanzamientos.

¿A la tercera va la vencida?

Así que, como decía antes, todo está listo para intentar lanzar de nuevo una Starliner hacia la Estación Espacial Internacional. Es la misión conocida como Boeing Orbital Flight Test 2 (Vuelo de prueba orbital 2, OFT-2). Y es, de nuevo, una misión no tripulada.

El lanzamiento está previsto para las 00:54, hora peninsular española (UTC +2), del día 20 de mayo de 2022. Se podrá seguir a través de NASA TV o a través de Boeing. Las dos retransmisiones comienzan a medianoche, de nuevo hora peninsular española. La meteorología se estima favorable en un 70% para el lanzamiento.

A bordo de la cápsula va un maniquí instrumentado conocido como Rosie The Rocketeer, que viaja como comandante de la misión. Medirá las cargas a las que serán sometidas en el futuro las personas que vayan a bordo de las Starliner, así como niveles de radiación y otros parámetros importantes de cara a la seguridad de las tripulaciones.

Rosie The Rocketeer
Rosie The Rocketeer, un claro homenaje a Rosie The Riveter, que en este caso lleva sensores para comprobar que los parámetros de funcionamiento de la Starliner son los esperados – Boeing

También van a bordo unos 400 kilos de carga compuestos por suministros para la tripulación de la Estación en forma de alimentos y bebida, así como toda una serie de objetos conmemorativos.

Si esta vez todo va según lo previsto la Starliner se acoplará de forma automática con la Estación unas 24 horas después del lanzamiento. Aunque tanto desde el control de la misión como desde a bordo de la EEI se puede enviar en cualquier momento la orden de que detenga la aproximación o incluso de que retroceda si fuera necesario.

Impresión artística de una Starliner a punto de atracar en la EEI - Boeing
Impresión artística de una Starliner a punto de atracar en la EEI - Boeing

De conseguir el acoplamiento –va a ser la primera vez que una Starliner lo intente– permanecerá al menos hasta el 25 conectada a la Estación. Durante ese tiempo la tripulación de la EEI retirará los suministros que van a bordo y los cambiará por algo de material para traer de vuelta. También probarán un sistema de comunicación que permite hablar a quien esté en la cabina de la cápsula con la tripulación de la Estación, así como algunos de los menús de la cápsula específicos de cuando esté atracada.

El aterrizaje sería a media mañana del día 26, de nuevo hora peninsular española, en el Puerto Espacial de White Sands.

Y la entrada en servicio, ¿para cuándo?

Si todo va bien en la OFT-2 se estima que la primera misión tripulada, conocida como Boeing Crewed Flight Test (Boe-CFT, CFT), con tan solo dos personas a bordo, podría ser lanzada unos seis meses después. Pero lo cierto es que Boeing aún tiene que terminar de certificar los paracaídas de la cápsula, así que esos seis meses no están del todo claros.

Y, de nuevo si todo va bien, en este caso con la CFT, serían necesarios unos seis meses más para su entrada en servicio en la primera mitad de 2023 con la misión Boeing Starliner-1. Pero ya veremos.

Mientras tanto las Crew Dragon de SpaceX llevan ya siete misiones tripuladas sin problemas desde que se lanzara la primera misión de prueba en marzo de 2019.

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