Terraformar es un precioso término que describe cómo se podrían recrear en un planeta o satélite las condiciones naturales para la vida terrestre, en particular para que los seres humanos podamos colonizarlo. Esta idea es todavía muy de ciencia-ficción –de hecho allí se originó– aunque los científicos se esfuerzan en hacerlo realidad mediante diversas tecnologías y procesos naturales y artificiales para que algún día podamos salir de nuestro pequeño planeta, cuyos recursos seguimos consumiendo sin parar.
En este vídeo pixelado de Life Nogging escrito por la divulgadora Any Shira Teitel se describe y analiza cómo sería ese proceso para crear «una segunda Tierra», en particular aplicándolo a Marte y Venus, nuestros vecinos más cercanos.
Los problemas con Marte son unos cuantos, y nos hace recordar aquello de que «es un sitio hostil donde cualquier cosa te mata»: su temperatura es de unos 70 grados bajo cero de promedio; su atmósfera tiene tan solo un 1% de la densidad de la de la Tierra –y con tan poca presión atmosférica aunque un astronauta sin casco no «explotara» el resultado no sería muy agradable– y su gravedad es de tan solo un tercio de la terrestre (algo nada obvio debido en parte a las películas). Pero por encima de esto está también que carece de magnetosfera, de modo que entre pitos y flautas y el implacable viento solar cualquier «mejora» que se hiciera saldría disparada al espacio al poco tiempo, así que, siendo realistas… Marte no tiene muchas papeletas para una buena terraformación.
En el vídeo también se examina el caso de Venus, donde igual era más fácil arreglar la atmósfera y generar agua, o incluso de Mercurio, donde se podría generar el nitrógeno necesario para la vida, aunque fuera con un poco de calorcito y bajo unas gigantescas cúpulas – otro escenario muy de película. Aparte de eso tenemos la Luna y lugares más exóticos como Europa y otras lunas de Júpiter así que… ¡Quién sabe! Igual acabamos en los confines del Sistema Solar como primer paso de nuestra exploración galáctica.
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