De izquierda a derecha Sunita Williams, Josh Cassada, Eric Boe, Nicole Mann, Christopher Ferguson, Douglas Hurley, Robert Behnken, Michael Hopkins y Victor Glover – NASA
Desde que el 8 de julio de 2011 el transbordador espacial Atlantis despegara en la última misión de estas naves los Estados Unidos se quedaron sin la capacidad de poner astronautas en órbita por sus propios medios. Así que desde entonces todas las misiones tripuladas de la NASA han sido lanzadas en cápsulas Soyuz rusas.
Pero esta situación está a punto de terminar con la entrada en servicio de las Crew Dragon de SpaceX y la CST-100 Starliner de Boeing, cuyas primeras misiones tripuladas están previstas para abril de 2019 y mediados de 2019 respectivamente.
De hecho la NASA acaba de anunciar la composición de las tripulaciones de las dos primeras misiones de cada una de esas dos naves.
Crew Dragon atracando en la EEI – NASA
Tras una primera misión no tripulada prevista para septiembre de 2018 la primera Crew Dragon tripulada despegará en abril de 2019 en la misión SpX-DM2, en la que Bob Behnken (@AstroBehnken) y Doug Hurley (@Astro_Doug) irán a bordo. El objetivo es que atraquen en la Estación Espacial Internacional, donde permanecerán una semana, antes de volver a tierra. La misión SpX-DM3, de un perfil similar, aunque con una duración de semanas, y aún sin fecha, será llevada a cabo por Victor Glover (@VicGlover) y Mike Hopkins (@Astro_illini).
Starliner llegando a la EEI – NASA
Por su parte la primera misión tripulada de una Starliner, también después de una primera misión no tripulada, despegará a mediados de 2019 con Eric Boe, Chris Ferguson (@Astro_Ferg), quien ya no está en a NASA sino que trabaja en Boeing, y Nicole Aunapu Mann (@AstroDuke). Les seguirán Josh Cassada y Suni Williams (@Astro_Suni) en una segunda misión de larga duración, con fecha también todavía por determinar.
En ambos casos problemas no previstos pueden retrasar los calendarios de las misiones; en el caso de la Starliner además un problema recientemente detectado con su sistema de escape hace que este retraso esté casi garantizado.
En cualquier caso la entrada en servicio de estas dos cápsulas pondrá fin a la dependencia en Rusia de los Estados Unidos para el lanzamiento de sus misiones tripuladas, ya que también se ñanzarán co cohetes estadounidenses. Y, de paso, añade un margen de seguridad extra, ya que en un año o un año y algo más habrá tres naves tripuladas distintas capaces de viajar a la Estación Espacial Internacional.
Es importante tener en cuenta además que la NASA ha dicho que sus socios internacionales como la Agencia Espacial europea, Canadá o la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial anunciarán cuales de sus astronautas formarán parte de esas misiones; de hecho parece que Soichi Noguchi (Astro_Soichi) de la JAXA acompañará a Glover y Hopkins en la segunda Dragon tripulada.
Lo de la Orión, la cápsula tripulada que está desarrollando la NASA, es otra historia. Su primera misión tripulada –que no deja de sufrir retrasos, entre otras cosas porque el cohete que la va a lanzar también los está sufriendo– está ahora prevista para 2023, y eso con suerte. De hecho, aunque es poco probable que suceda por presiones políticas, quizás lo más razonable para la NASA sería cancelar el desarrollo de la Orión y sustituirla por las cápsulas de Boeing y las de SpaceX.
El programa de tripulantes de la NASA en naves comerciales está en Twitter como @Commercial_Crew.