Por @Wicho — 11 de Diciembre de 2017

Yo tengo un astronauta como ese

El presidente Trump acaba de firmar –mira que le gusta firmar cosas– la Space Policy Directive – 1, un documento que hace política oficial de la NASA volver a poner astronautas en la superficie de la Luna, esta vez por periodos largos de tiempo, y utilizar la experiencia así (re)adquirida para emprender el camino a Marte.

Pero –y es un enorme pero– no hay detalles por ningún sitio de cómo ni cuando ni con qué dinero pretenden hacer tal cosa.

Y también hay que tener en cuenta que el súper cohete SLS que será necesario para eso no volará, con suerte, hasta 2020 y que no lo hará tripulado al menos hasta 2022. Y eso por no mencionar que la NASA no tiene ahora mismo nada en proyecto que permita aterrizar en la Luna*.

Además a estas alturas, con el presupuesto de 2018 ya listo, no hay manera de dedicar fondos a esta iniciativa antes del presupuesto de 2019, momento en el que Trump estará en el penúltimo año de su mandato. Y si en 2020 no es reelegido la persona que le sustituya podrá, una vez más, cambiar los objetivos de la NASA. Así que la firma de este documento no parece más que un enorme brindis al Sol.

Igual que lo fueron propuestas similares de Bush padre y Bush hijo y la de Barack Obama de ir a Marte pasando antes por una misión tripulada a un asteroide: sin financiación y un plan claro y que no cambie con cada nueva administración es difícil –si no imposible– ir más allá de la órbita terrestre baja, que es en la que llevamos desde 1972.

De lo del uso militar del espacio que también mencionó Trump ya si eso hablamos otro día.

*Sí, se puede aterrizar en la Luna.

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