Por @Wicho — 6 de julio de 2023

Esta pasada medianoche despegaba del espaciopuerto de Kourou el último Ariane 5. La misión fue un éxito y dejó en órbita de transferencia geoestacionaria el satélite de telecomunicaciones francés Syracuse 4B y el satélite de telecomunicaciones alemán Heinrich-Hertz. Los dos llegarán ahora a sus posiciones finales usando sus motores. Con este lanzamiento termina la carrera de todo un icono de la era espacial.

Parche con un Ariane 5 de perfile y el texto «The Legend» debajoAunque lo cierto es que la carrera del Ariane 5 no empezó de forma nada prometedora, ya que el 4 de junio 1996 su lanzamiento inicial falló por un error de software. Y su segundo lanzamiento, el 30 de octubre de 1997, falló parcialmente por problemas con el motor de la primera etapa. Hubo que esperar al tercer lanzamiento para que por fin todo saliera bien.

Pero en total han sido 112 lanzamientos con éxito, algunos de ellos con resultados espectaculares como el del telescopio espacial James Webb, que ganó diez años de vida útil por la precisión en el lanzamiento; tres fallos parciales; y dos fallos completos, ya que también el estreno de la variante ECA el 11 de diciembre de 2002 resultó en un fracaso, de nuevo por un fallo en el motor de la primera etapa.

Algunos otros lanzamientos notables del Ariane 5 a lo largo de su casi 30 años de carrera han sido los de las misiones BepiColombo, Herschel, JUICE, Planck, Rosetta. También se encargó de lanzar todos los cargueros espaciales ATV de la Agencia Espacial Europea rumbo a la Estación Espacial Internacional mientras estuvo activo el programa.

No está nada mal; de ahí el parche no oficial de la misión que lo describe como la leyenda.

Un futuro incierto

El gran problema del lanzamiento de esta pasada noche, más allá del de tener que despedirse de un viejo amigo, es que el Ariane 6 aún no está listo. Y a pesar de que oficialmente aún vamos a ver su primer lanzamiento antes de que termine 2023 estoy dispuesto a apostar un par de gallifantes a que no será antes de 2024. Incluso, a estas alturas, me arriesgaría a decir que no antes del verano de 2024.

Así que Europa se queda sin un lanzador pesado; y eso por no hablar de que el lanzador para cargas pequeñas, el Vega C, está fuera de servicio. O de que, con la espantada de Roscosmos de Kourou a causa de la invasión rusa de Ucrania tampoco tenemos un lanzador medio.

Esto no es falta de previsión. O al menos no del todo; en teoría el Ariane 6 tenía que haber entrado en servicio en 2020, con lo que habría habido un solapamiento con el 5, igual que lo hubo entre el Ariane 4 y el 5. Pero retraso tras retraso esa ventana de solapamiento se fue volviendo cada vez menor hasta desaparecer.

Aún así el Ariane 6 –a pesar de que estará obsoleto cuando entre en servicio, o al menos a mí me lo parece ya que no incorpora nada de reusabilidad en su diseño– tiene en principio por delante una intensa vida laboral, aunque sólo sea por los 18 lanzamientos que ha contratado el proyecto Kuiper de Amazon.

Pero mientras no queda otro remedio que recurrir a otras opciones como por ejemplo SpaceX, que acaba de lanzar el telescopio espacial Euclid de la Agencia Espacial Europea, que hará lo propio con la misión Hera, y probablemente con EarthCARE.

Aunque lo que realmente necesitamos es un cohete moderno. Y ni siquiera sabemos lo que queremos. O no lo saben quienes tienen que decidir. Y eso es un problema muy serio.

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