Por @Wicho — 14 de marzo de 2024


Impresión artística de la Voyager 1 en el espacio intergaláctico – NASA-JPL/Caltech

Desde el pasado mes de noviembre la sonda Voyager 1 sufre un problema que le impide transmitir datos de sus instrumentos ni de telemetría. Aunque afortunadamente sí hay comunicación con la ella gracias a que el Computer Command System (CCS, Sistema informático de mando), el ordenador de a bordo encargado de decodificar los comandos que se envían a la sonda así como de la detección y corrección de fallos funciona correctamente. La agencia lleva desde entonces intentando solucionarlo sin éxito. Y cuando ya empezábamos a perder la esperanza ha saltado la noticia de la Voyager 1 ha vuelto a dar señales más o menos coherentes de vida.

El pasado día 3 la señal que llegó de ella era un poco diferente a la de días anteriores, sin ser aún legible. Pero el día 10 alguien de la Red de Espacio Profundo de la NASA fue finalmente capaz de decodificarla. Y resultó que lo que contiene es una copia completa de la memoria del Flight Data System (FDS, Sistema de datos de vuelo), el ordenador que se encarga de recoger los datos de los instrumentos aún en funcionamiento y de los sensores de la sonda y de empaquetarlos para su envío a Tierra.

La memoria del FDS incluye los programas que ejecuta así como las variables con las que trabajan esos programas y que pueden cambiar en función de los comandos ejecutados o del estado de la sonda. También contiene los datos recogidos por los instrumentos y la telemetría de la nave.

Eso es una magnífica noticia no sólo porque por fin hay datos recientes sino porque, además, el equipo de la misión cree que el problema está precisamente en el FDS. Así que ahora pueden comparar la señal recibida el día 3 con una copia anterior de la memoria del FDS para intentar ver qué ha pasado y dónde puede estar el origen del problema.

Aunque en cualquier caso aún queda camino por recorrer, entre otras cosas porque a la distancia que está la Voyager los comandos que se le envían tardan 22 horas y media en llegar. Y son necesarias otras tantas para recibir la respuesta.

Pero además primero habrá que determinar si el origen del problema está efectivamente en el FDS –esperemos que sí– para poder seguir adelante; luego ver cómo solventarlo; hacer las pruebas pertinentes en tierra; y finalmente enviar los comandos necesarios a la Voyager 1 para solventarlo.

Suponiendo que se pueda, pues la sonda ya tiene unos años: lanzadas respectivamente el 5 de septiembre y el 20 de agosto de 1977 las Voyager 1 y 2 –sí, la Voyager 2 despegó antes que la 1– son las dos sondas en activo más longevas. Además, son las que más lejos están de la Tierra, explorando partes del universo a las que no habíamos llegado antes; de ahí el interés en mantenerlas en funcionamiento todo lo posible. Y de ahí que la NASA haya actualizado hace poco su software con ese objetivo.

Así que el éxito no está asegurado. Pero podemos seguir teniendo esperanza.

Están en Twitter como @NASAVoyager, aunque la cuenta @NSFVoyager2 también habla bastante por ellas.

Si te interesa saber más sobre ellas recomiendo encarecidamente el libro Viajes interestelares de Pedro León, en el que está todo lo que querías saber y algunas cosas que no sabías que querías saber de la historia de las sondas Voyager.

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