Por @Wicho — 3 de julio de 2023

Una Zefiro 40 siendo izada en el edificio de ensamblado de vehículos para acoplarla a la primera etapa
Una segunda etapa Zefiro 40 de un Vega C durante los preparativos para su lanzamiento – ESA/M. Pedoussaut

La semana pasada una prueba de encendido estático de una segunda etapa Zefiro 40 del cohete Vega C fue abortada antes de lo previsto. Duró 40 segundos en lugar de los 97 que estaba previsto. Eso va a complicar la vuelta al servicio del cohete.

El pasado mes de diciembre el primer lanzamiento comercial de un Vega C fracasó a causa del fallo de su segunda etapa. Unos meses después el origen del problema fue identificado, no sin cierta polémica, en un fallo del cuello de la tobera del motor. La comisión que investigó el fallo concluyó que ese componente, fabricado por la empresa ucraniana Oficina de Diseño Yúzhnoye, no cumplía las especificaciones.

Sin embargo durante la prueba que hubo que abortar el cuello de la tobera, que había sido suministrado por ArianeGroup, ha funcionado correctamente. Así que el problema está en otro sitio que habrá que determinar.

Con lo que si ya parecía complicado que el Vega C pudiera volver al servicio antes del final de 2023 como fue anunciado cuando se identificó la causa del fallo del lanzamiento, ahora parece directamente imposible. Y es que uno de los requisitos para esa vuelta al servicio era completar un encendido estático sin problemas de una Zefiro 40.

Así las cosas, Europa sigue en una lamentable situación en lo que se refiere a los lanzamientos espaciales: le quedan literalmente un Ariane 5 y dos Vega, que usan una segunda etapa distinta al Vega C.

Pero si todo va según lo previsto, ese último Ariane 5 será lanzado mañana, a la espera de que el Ariane 6 entre en servicio, lo que en teoría debería suceder antes de que termine 2023. Aunque no nos lo creemos mucho. Y los dos Vega están ya comprometidos para sendos lanzamientos en septiembre de 2023 y en algún momento de 2024.

Por eso la Agencia Espacial Europea está teniendo que recurrir a contratar lanzamientos con diversos proveedores, como por ejemplo ya ha hecho con SpaceX para el telescopio espacial Euclid, lanzado hace un par de días. Y como probablemente tendrá que hacer para el satélite medioambiental Sentinel-1C, que iba a ser lanzado en un Vega C. Y seguro que no serán los únicos ni los últimos.

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