Por @Wicho — 20 de julio de 2021

Wally Funk, la más joven de las Mercury 13, y la única que aún vive junto con Gene Nora Jessen, ha viajado hoy al espacio en el primer vuelo tripulado de un New Shepard. Sólo han sido 60 años de espera después de que se cancelara el programa en el que pasó las mismas pruebas iniciales que los astronautas escogidos par la NASA para el programa Mercury.

El programa de pruebas al que se sometieron fue una iniciativa privada del doctor William Randolph Lovelace II y del general de brigada de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos Don Flickinger. Lovelace había participado en el diseño de las pruebas a las que fueron sometidos los astronautas del programa Mercury y sentía curiosidad por cómo se desempeñarían mujeres en estas pruebas. Flickinger conocía a Geraldyn «Jerrie» Cobb, una famosa piloto de la época, y fue quien los puso en contacto. A través de Jerrie Cobb se pusieron en contacto con otras 25 mujeres piloto, entre ellas Jacqueline Cochran, cuyo marido ayudó a financiar el programa.

Pero es importante recalcar que nunca fue un programa oficial, y que como la NASA no expresó ningún interés, terminó por ser cancelado ya que la Armada de los Estados Unidos negó su permiso para utilizar sus instalaciones en Pensacola para seguir con las pruebas. Las declaraciones de Jerrie Cobb y Janey Hart frente al congreso para intentar volver a ponerlo en marcha no sirvieron para nada; de hecho la propia Jacqueline Cochran se oponía a que la NASA fichara mujeres.

Es también importante dejar claro que a pesar de que se dice que Wally Funk se había entrenado como astronauta esto no es así. Llegó a pasar dos de las rondas de pruebas –sólo Jerrie Cobb pasó las tres rondas antes de que todo se parara– así que como mucho habría podido estar en condiciones de convertirse en candidata a astronauta; pero le faltaría todo el entrenamiento específico en la cápsula en la que fuera a volar, etc.

Quizás todo habría sido olvidado –de hecho el nombre Mercury 13 es un invento de 1995 de un productor hollywoodiense– de no ser porque el 16 de junio de 1963 la Unión Soviética puso en órbita a Valentina Tereshkova, aunque Svetlana Savítskaya, la segunda mujer en participar en una misión espacial soviética, no lo hizo hasta 29 años más tarde. La propia Jerrie Cobb dijo acerca del lanzamiento de Valentina Tereshkova que era «una pena que, ya que íbamos a poner a una mujer en el espacio, no nos hayamos adelantado y lo hayamos hecho primero». La NASA no enviaría una mujer al espacio, Sally Ride, hasta 1983.

En cualquier caso ninguna de las Mercury 13 voló nunca al espacio, aunque la mayoría siguieron una carrera en el mundo de la aviación, incluyendo a Wally Funk quien, como ella dice, tiene todos los permisos de vuelo que la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA) es capaz de otorgar, y acumula 19.600 horas de vuelo. Hay una muy recomendada biografía suya, Wally Funk's Race for Space: The Extraordinary Story of a Female Aviation Pioneer por Sue Nelson.

Cuatro a bordo

Y hoy, por fin, gracias a la invitación de Jeff Bezos –sí, el de Amazon–, ha llegado al espacio. Aunque sólo haya sido durante unos minutos. No deja de ser una muy bien orquestada campaña de relaciones públicas por parte de Blue Origin. Pero en cierto modo compensará una injusticia; en Wally se puede ver un reconocimiento a las 13 y a incontables mujeres que durante muchos años hicieron campaña por la igualdad de género en los programas espaciales cuando la igualdad de género aún era un concepto que casi no existía en muchas cabezas.

Ha sido a bordo de la RSS First Step (Nave espacial reutilizable Primer Paso), lanzada por un cohete New Shepard de Blue Origin, la empresa fundada por Bezos en 2000 precisamente por su interés desde pequeño en el espacio. Era el lanzamiento número 16 de un New Shepard, aunque el primero tripulado.

Despegue rumbo al espacio de Wally Funk et al – Blue Origin
Despegue rumbo al espacio de Wally Funk et al – Blue Origin

Junto a Wally y Bezos viajaban su hermano Mark y Oliver Daemen, un chaval de 18 años a quien su padre le ha regalado el billete, que ha costado algo más de 25 millones de dólares. No estaba previsto que Oliver participara en este vuelo, pues otra persona había ganado la plaza subastada con fines benéficos y que salió por 28 millones de dólares. Pero esta persona parece haberse «acochinado», con lo que Blue Origin se la ofreció al segundo mejor postor, que resultó ser el padre de Oliver, quien a su vez regaló la plaza a su hijo.

Oliver tiene 18 años. Wally tiene 82. Los dos forman la pareja de personas de menos y más edad que han ido al espacio hasta la fecha. Y curiosamente lo han hecho en el mismo vuelo. Oliver le quita el título de persona más joven en el espacio a Guerman Titov, que voló con 25 años en la Vostok 2. Wally le quita el título de persona de más edad en ir al espacio a John Glenn, quien voló con 77 años en la misión STS-95. Curiosamente Glenn fue una de las personas que más se opuso en su momento a que la NASA fichara mujeres. ¿Justicia poética?

La RSS First Step ha alcanzado una altitud máxima de 105 kilómetros sobre el suelo; 107 sobre el nivel del mar. Eso la coloca –y a su tripulación– por encima de los 100 kilómetros de altitud que la Federación Aeronáutica Internacional (FAI) considera el límite del espacio. Es un límite un tanto arbitrario, ya que la atmósfera es cambiante y la linea de Kármán no siempre está a la misma altitud. Pero 100 kilómetros es lo que dice la norma de la FAI. La FAA y la NASA, por ejemplo, ponen el límite en los 80 kilómetros. Por eso Richard Branson puede decir que ha ido al espacio aunque no haya superado el límite marcado por la FAI. Wally, por cierto, tiene reservado un asiento en uno de los vuelos de Virgin Galactic, la empresa de Richard Branson.

Wally Funk después de su vuelo al espacio – Blue Origin
La sonrisa de Wally Funk después de su vuelo al espacio no tiene precio – Blue Origin

Aunque el vuelo ha creado una cierta polémica por lo contaminante que se puede pensar que es resulta que el motor BE-3 del New Shepard utiliza hidrógeno y oxígeno líquidos como propelentes, así que lo que sale por su tobera de escape es… vapor de agua. Y tanto el cohete como la cápsula son reutilizables.

Es cierto que no hay gran diferencia entre este lanzamiento y el de Alan Shepard en la Friendship 7 el 20 de febrero de 1962 –y no olvidemos que para entonces Yuri Gagarin ya había estado en órbita–. Pero en esta ocasión estamos hablando de un cohete y una cápsula desarrollados por una empresa privada. Y con unas siete veces el volumen de la cápsula de Shepard.

Blue Origin dice que tiene previstos otros dos vuelos tripulados en 2021, y que quien esté interesado en una plaza les puede escribir, aunque no dan precios públicamente. Supongo que será como eso que dicen acerca de los Rolls Royce y de que si tienes que preguntar lo que cuestan es que no puedes permitírtelo. Para 2022 la empresa espera aumentar la cadencia de lanzamientos. Y parece razonable que puedan hacerlo a tenor de lo bien que ha ido el vuelo de hoy, en línea con los 15 lanzamientos anteriores de un New Shepard. El año que viene es también cuando se prevé que entre en servicio el New Glenn, el cohete orbital de Blue Origin, cuya segunda etapa, en palabras de Bezos, será básicamente un New Shepard puesto encima de él.

Aunque que no sé si estoy del todo de acuerdo con el tuit de Blue Origin que dice «Enhorabuena a todo el Equipo Azul, pasado y presente, por haber alcanzado este momento histórico en la historia de los vuelos espaciales. Esta primera tripulación de astronautas se ha inscrito en los libros de historia del espacio, abriendo la puerta por la que pasarán muchos después. En especial con la parte de «muchos». Supongo que todo depende de cómo definamos «muchos».

Pero en cualquier caso quienes sufrimos de espaciotrastorno sí que estamos viviendo y disfrtuando de unos años interesantísimos con todas las cosas que están pasando.

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¹ Sí, sabemos que prácticamente el 100% de los titulares de hoy incluirán a Bezos. Pero pasamos; creemos que Wally Funk y las Mercury 13 se merecen toda la exposición pública que puedan recibir gracias a este vuelo. Bezos de eso tiene de sobra.

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