Un cohete Protón–M ponía en órbita geoestacionaria en la noche del 29 al 30 de enero de 2016 el satélite de telecomunicaciones Eutelsat-9B, que tiene como objetivo principal proporcionar señales de televisión digital a Europa.
Pero a bordo de ese satélite va también un terminal del EDRS, de European Data Relay System, o Sistema de Retransmisión de Datos Europeo, que por fin permitirá mantener comunicaciones vía láser entre satélites, drones, y similares.
La ventaja de disponer de un terminal de este tipo en órbita es que al estar permanentemente sobre europa a una altitud de unos 36000 kilómetros permite que las estaciones de tierra estén en comunicaciones con satélites en órbita baja terrestre como los Sentinel–1A y Sentinel–2A durante unos 45 minutos de los aproximadamente 90 que duran sus órbitas, en lugar de los 10 minutos actuales.
La comunicación entre satélites se hará vía láser, mientras que el terminal EDRS–A se comunicará con tierra vía radio; de ahí lo de llamarlo «router».
La comunicación láser es, además, más rápida que las comunicaciones por radio, con lo que es más fácil mover los datos de los satélites a las estaciones de procesado en tierra, lo que agiliza la respuesta ante catástrofes y los hace más útiles como sistemas de apoyo para la navegación en aguas en las que hay icebergs, por ejemplo.
El terminal montado en el Eutelsat-9B es el EDRS-A, y en 2017 le seguirá un satélite dedicado, el EDRS–C. Con los dos satélites en servicio el sistema podrá retransmitir a tierra hasta 50 terabytes de datos cada día, incluyendo los que se reciban del laboratorio Columbus de la Estación Espacial Internacional, que en 2018 se conectará al sistema.
Ubicación del terminal EDRS en el Eutelsat 9B
Para 2020 está previsto el lanzamiento de un tercer satélite geoestacionario que, situado sobre Asia, dará cobertura global al sistema; para entonces los satélites ERDS también podrán intercambiar información entre ellos.
Pero por ahora, tras el periodo de pruebas correspondiente, está previsto que EDRS–A comience a ser usado en verano de 2016 por los satélites Sentinel–1A y 2A.