Por Nacho Palou — 20 de mayo de 2009

Afear la cámara
flamante PowerShot disfrazada de cámara de usar y tirar.
Fotos de Chris Conners

A Jimmie le robaron la cámara al poco de llegar a Río de Janeiro. Según le dijeron allí se cotizaban las cámaras digitales, aunque no las de película salvo que fueran réflex. De modo que adquirió una nueva cámara (digital) y la cubrió con cinta convenientemente guarreada con un rotulador negro. Con la misma cinta tapó la pantalla LCD posterior, de modo que en sus manos la cámara parecía una máquina de película barata y nada atractiva -con la que pudo hacer unas 5.000 fotografías durante su estancia en Brasil sin ningún percance.

(Vía múltiples: twitt de Chase Jarvis, Lifehacker, Make, Boin Boing,...)

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