Por Nacho Palou — 21 de Julio de 2009

Cúpula de la Basílica de San Pedro
Cúpula de la Basílica de San Pedro (Vaticano). ISO 400. A pulso.

Una de las posibilidades más interesantes de las cámaras digitales es que se pueda ajustar el valor ISO equivalente sobre la marcha. Incrementar la sensibilidad del sensor a la luz posibilita tomar imágenes en condiciones de poca luz, donde de otro modo, salvo que se utilizaran tiempos de exposición largos y un trípode, saldrían movidas. Los resultados son aún mejores si se utiliza un objetivo que disponga de estabilizador de imagen (IS) o de compensación de la vibración (VR) -que vienen a ser lo mismo pero bautizado de un modo u otro según el fabricante.

Cúpula del Panteón en Roma"Oculus" (de 9 metros) de la Cúpula del Panteón de Roma. ISO 800. A pulso.

Los objetivos luminosos también ayudan, pero no siempre compensan porque son más caros y no siempre interesa utilizar las aberturas más grandes porque reducen la profundidad de campo e incluso porque se puede resentir la calidad de la imagen.

Ken Rockwell lo expresa así en Digital Killed My Tripod,

Si utilizas unas cámara réflex digital, olvida el trípode. El trípode sólo entorpece el camino y alienta el uso indebido de aberturas pequeñas que ablandan las imágenes [...] las cámaras réflex digitales actuales tienen un rendimiento espectacular a valores ISO altos en condiciones de poca luz. Fotografía a ISO 400, 800 y 1.600 y los resultado serán tan buenos como solía serlo con las películas menos sensibles.

Basílica de San Pedro (Vaticano, Roma)Basíclica de San Pedro (Vaticano), ISO 800. A pulso.

No todo el mundo suele estar de acuerdo con Ken y en concreto con afirmaciones como las anteriores. Pero si es cierto que a) es infinitamente más cómodo ir por el mundo sin trípode (que además cada vez es más difícil utilizar en según qué sitios) y b) las cámaras digitales actuales obtienen muy buenos resultados cuando se utilizan valores ISO altos, más que suficiente para el tipo de fotografía común que hacemos la mayoría de los mortales.

Además, así se puede fotografiar en determinados sitios sin solicitar permisos adicionales o sin que te llamen la atención por desplegar un trípode, como puede suceder en lugares muy concurridos como son el interior de las iglesias donde hice estas fotografías -durante una visita a Roma hace unos días- donde las cámaras compactas y los modos automáticos de la mayoría de los visitantes se empeñaban en activar el flash, obviamente incapaz de iluminar una cúpula que está a más de 130 metros del suelo.

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