La primera vez que vi pasar la foto de esta pobre Canon EOS 5Ds supuestamente achicharrada en el lanzamiento de un cohete dudé que la historia fuera cierta porque decían que la cámara era de Bill Ingalls, un fotógrafo de la NASA al que siempre había visto usando equipo Nikon.
Pero según se puede leer en What Really Happened to that Melted NASA Camera? sí era una de las seis cámaras remotas que había utilizado para fotografiar el lanzamiento de los satélites de la misión Grace-FO. Aunque lo más curioso es que la cámara achicharrada era la que más lejos estaba de la plataforma de lanzamiento de las seis que había colocado Ingalls.
Y no fue directamente el cohete el que la frió; de hecho a la distancia a la que estaba el sonido es mayor problema que el fuego. Lo que sucedió fue que el despegue del Falcon 9 provocó un incendio de la vegetación y para cuando los bomberos lo sofocaron ya era tarde para la cámara, que no lo consiguió. Aunque la tarjeta de memoria sobrevivió a la aventura sin mayores problemas:
Fue muy mala suerte, porque las otras cinco cámaras y –y cuatro de ellas estaban dentro del perímetro de seguridad de la plataforma de lanzamiento– resultaron ilesas. Es, por otra parte, la primera vez que le pasa algo parecido a Ingalls desde que empezó a trabajar para la NASA en 1989, así que tampoco está mal.