Al utilizar la cámara en días fríos, además de poder verse afectado el rendimiento de la batería, la condensación en la cámara y objetivos puede ser un problema.
Por una lado la condensación de humedad afecta a la óptica y al resultado de la imagen; por otro puede oxidar y deteriorar la electrónica y partes metálicas de la cámara.
Una situación típica en la que se puede producir es cuando se entra y sale del coche durante una salida fotográfica.
Normalmente el interior del coche estará más caliente que el exterior. El cambio brusco de temperatura al pasar de un entorno frío a otro más cálido (también puede darse en el sentido contrario) puede causar esta acumulación de agua sobre el equipo.
Algunas técnicas que pueden ayudar a evitarla, o a minimizarla -y que al menos a mí me han funcionado estas últimas semanas, pueden ser:
- No calentar el aire del coche o no calentarlo en exceso: conduce con ropa de abrigo y mantén el aire del vehículo fresco o, en la medida de lo posible, a una temperatura similar a la del exterior.
- Que corra el aire. Abrir las ventanillas o el techo solar y -por supuesto y en cualquier caso- abrir el paso del aire exterior con el mando que suele estar junto a los controles de la calefacción y ventilación del vehículo.
- Calentar el habitáculo a la vez que se enciende el aire acondicionado. Es el método más efectivo de eliminar la condensación de los cristales. En algunos coches con climatizador es la combinación que se activa al encender la función para desempañar cristales -no la luna trasera- y también sirve para los cristales de los objetivos y resto de equipo.
(Esto es debido a que el proceso de enfriamiento quita gran parte de la humedad del aire, con lo que el resultado es una aire más seco que evita en mayor medida la condensación. Mezclado con aire caliente se obtiene aire seco pero no frío, que es justo lo que queremos.) - Utiliza bolsas de gel de sílice. Yo debo llevar como media docena en la bolsa del equipo. Echo ahí las que me encuentro en los embalajes.
- Coloca el equipo en el maletero donde el cambio de temperatura suele ser menos notable. Incluso en el cofre de techo si dispones de él, pero cuidando que no se enfríe en demasía o la condensación se producirá cuando cojas el equipo y debida al calor de tu cuerpo -al cogerla con la mano desnuda o al acercar la cara y el ojo al visor, por ejemplo.