Por @Alvy — 26 de abril de 2015

Una Shirley / Canon T2i 550D Color Chart Test (CC) Dave Dugdale @ Flickr

En Priceonomics, una curiosa historia: Cómo se optimizó la fotografía para los tonos de piel blanca:

Hasta hace muy poco si comprabas un rollo de película fotográfica en una tienda o un laboratorio lo más probable es que estuviera calibrado para una mujer de aspecto caucásico vestida de negro sobre un fondo blanco o gris. En otras palabras: no importaba de qué color fuera tu piel o la de los protagonistas de la fotografía, ni siquiera qué colores llevaran en sus ropas.

Otra curiosidad es que independientemente de cómo se llamara esa modelo con que se hubiera hecho la prueba los técnicos la llamaban «Shirley», en honor de Shirley Page, que fue la primera mujer que posó para una imagen de calibración de este tipo. Desde que ella se le hizo aquella foto, su nombre y su color de piel determinaron el tono para la posterioridad de la industria fotográfica y el cine.

El hecho es que la película fotográfica se fabrica con diversos compuestos químicos que proporcionan los diferentes colores; a la hora de seleccionarlos los técnicos han de elegir los que mejor resaltan y equilibran ciertos tonos – a lo que hay que sumar las complicaciones del revelado; de ahí las diferencias de unas y otras. En las pruebas de calibración se intenta que las películas sean fieles y resalten todos los colores de forma natural, pero dada la prevalencia e importancia de las personas en las películas, parece haber cierta tendencia a garantizar que «salgan bien» utilizando ciertos compuestos especiales para ello.

Eso sí, siempre que la piel sea «blanca caucásica» (!)

Los estándares marcados a la hora de elegir esos productos químicos y a la hora de revelar las imágenes han ido variando, pero esa base de los tonos originales «caucásicos» casi siempre ha estado presente: tanto en los fabricantes de cámaras fotográficas y de cine y vídeo. De hecho mujeres negras parecían medio-blancas o marrones suaves debido a los tiempos de exposición. Y más patente era la diferencia en detalles cuando en la misma fotografía aparecían juntos un niño blanco (que se veía bien) y otro negro (sin apenas rasgos distintivos) por salir demasiado oscuro.

El cineasta Jean Luc Godard llegó a quejarse y llamar racista a la película Kodachrome debido a todo esto.

La diferencia en cuanto a la iluminación entre la piel blanca y la piel negra parece ser de un 42% más o menos, de modo que para obtener una imagen con los tonos de piel correctamente visibles hace falta iluminar la escena un 42% más. Algunas cámaras Polaroid llegaban a resolver esto con un botón especial en el Flash. El botón de «flashazo extra»se llamaba simplemente Boost.

Con el paso del tiempo Kodak lanzó en 1986 la película Kodacolor VR-G (luego renombrada a «Kodak Gold») que minimizaba este problema y era capaz de captar mejores los tonos oscuros, incluso con poca luz. Además en 1995 decidieron resolver el tema y definieron un nuevo sistema de calibración con tres tipos de piel (caucásica, asiática y africana) para evitar estas diferencias.

Con la fotografía y el vídeo digitales –que añadieron una gran capacidad de corrección de color en postproducción– la cosa mejoró un poco, acabando con «viejos trucos caseros» que había que utilizar hace hacía décadas, como maquillar con vaselina a los actores negros para que reflejaran más la luz.

(Vía Hillary Manson.)

{Foto: Canon T2i 550D Color Chart Test (CC) Dave Dugdale @ Flickr}

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