Hace unos días tuve ocasión de trastear un poco con la nueva cámara Sony α9 que se presentó a finales de abril. Se trata de una cámara con sensor completo (full frame) de 24,2 megapíxeles y sin espejo, en la línea de otros modelos de la familia ya conocidos y reconocidos.
Sony hace espacial hincapié en la velocidad como virtud de la α9, y no es para menos: como muestra, es capaz de disparar hasta 20 fotogramas por segundo en disparo continuo. En ese modo mientras se mantenga pulsado el botón de disparo la cámara tomará hasta 241 fotografías en raw y hasta 362 imágenes en formato JPEG antes de que se llene el búfer y se detenga la ráfaga.
Al carecer de obturador mecánico la escena permanece visible en todo momento (a través de la pantalla o del visor electrónico de calidad QVGA, con 3,69 millones de píxeles), no hay vibraciones y tampoco hay sonido mecánico. La cámara produce por defecto un sonido digital que imita el sonido del obturador mecánico (clic-clic-clic), pero se puede quitar y la cámara funcionará en total silencio.
La ausencia de obturador también permite que la cámara mantenga el enfoque en tiempo real durante toda la ráfaga. En total la Sony α9 utiliza 693 puntos de enfoque que cubren casi la totalidad del sensor, el 93 por ciento de la superficie. Para seleccionar el punto de enfoque entre tantas posibilidades la pantalla posterior de la α9 es táctil, lo que facilita la tarea. El modo Eye AF mantiene de forma automática el foco en los ojos del sujeto un 30 por ciento más rápido (según Sony) que en episodios anteriores (la α7R II). La velocidad máxima de obturación es de 1/32.000 de segundo.
En la mano la α9 adolece de la falta de tamaño, algo que no es mucho problema con objetivos pequeños porque el conjunto no es pesado, pero que se nota más con objetivos de mayor paso. Aun así la sujeción es buena por la marcada protuberancia, aunque dependiendo del tamaño de la mano algún dedo, como el meñique, puede quedar fuera de la empuñadura.
Este pero depende también de a lo que esté acostumbrado cada uno y es cuestión de acostumbrarse; pero si es necesario se puede resolver con relativa facilidad incorporando la empuñadura vertical que proporciona más superficie para coger la cámara. Como es habitual, la empuñadura vertical tiene capacidad para albergar dos baterías. La nueva batería Z empleada en la α9 dura, según Sony, hasta 2,2 veces más que los modelos anteriores.
El puerto Ethernet (100 Mpbs) permite enviar las fotografías directamente por internet.
Para aprovechar la velocidad de la α9 Sony recomienda el uso de tarjetas SD de alta velocidad (UHS-II). La cámara dispone de dos ranuras SD, una para tarjetas SD UHS-I y Memory Stick y una segunda con interfaz SD UHS-II de hasta 300 Mbps.
La toma de vídeo se realiza en resolución 6K y se graba en resolución 4K (cuatro veces el tamaño de la imagen full HD) o en resolución full HD a 120 fotogramas por segundo para vídeos a cámara lenta.
La Sony α9 se planta sin muchos complejos frente a las mejores cámaras réflex con sensor de tamaño completo y tiene argumentos para ello, pero a un precio: 5.300 euros sólo el cuerpo. Estará disponible en julio.