La cámara Reflex es justo lo que indica su nombre: una cámara réflex de la vieja escuela, con espejo, con controles y enfoque manuales y que utiliza película de 35 mm.
Sin embargo está cámara también es una puesta al día que añade algunos toques de modernidad e ingenio. Es modular, lo que significa que puede utilizar objetivos analógicos de diferentes marcas — de esos que muchos tenemos cogiendo polvo en casa: Nikon F, Olympus OM, Canon FD, Contax S, Helios, Pentax PK. Para usar unos u otros objetivos la base de la montura (I-Plate) se cambia de forma parecida a como se cambian los propios objetivo, sin necesidad de adaptadores.
Además incorpora flash y antorcha LED. El respaldo I-Back también es modular, lo que permite cambiar los carretes de 35 mm que permite cambiar de carrete (cambiando el módulo del respaldo) a plena luz del día sin correr el riesgo de que se vele el carrete. Incorpora conexión Bluetooth para comunicarse con la app Reflex que registra automáticamente los ajustes de cada toma y ofrece la opción de acompañar cada fotografía (analógica, en todo momento) con notas o una descripción — y por qué no, con la ubicación GPS de dónde se está en el momento de hacer la foto, aunque esto no se menciona.
El diseño modular y el plan de ofrecer open source los diseños de la cámara Reflex (hardware y electrónica, al menos una parte de ella) permite que la cámara sea compatible con accesorios de terceros e incluso accesorio propios que se pueden fabricar por impresión.
Actualmente en Kickstarter (donde ya ha superado el mínimo olímpico de la financiación que buscaba), la cámara Reflex estará previsiblemente disponible el verano que viene. El precio ronda los 450 euros.