Es impresionante este gráfico que ha publicado Statista en el que recoge la evolución de las ventas de cámaras digitales desde 2003 hasta julio de 2016. En azul las cámaras que con objetivo; en rojo las cámaras con objetivos intercambiables.
La pregunta es si los smartphones, que incluyen de serie al menos una cámara digital que hace años habría costado mas que algunos coches, está terminando con las cámaras digitales como tales… Y aunque correlación no implique causalidad parece razonable asumir que desde la popularización de estos casi nadie se compra una cámara compacta porque ya está la del móvil.
Las ventas globales han caído en un 70 por ciento desde su pico de 2010, el año en el que nació Instagram.
Las cámaras de objetivos intercambiables parecen mantener un poco mejor el tipo, pero yo mismo reconozco que no sé cuanto tiempo hace –pero probablemente meses– desde que no cojo mi réflex para hacer una foto.
Como vimos decir por ahí –aunque no recordamos la fuente– que Canon –o cualquier otro fabricante tradicional– se gaste dinero en innovación fotográfica, sensores, sistemas de autofoco, etc, para vender algunos miles de unidades de su nueva cámara, mientras que si Apple lanza el iPhone 8 con nosequé cámara va a vender 5 o 10 millones de unidades… Ya sabemos cómo va a acabar.
Aunque esto no quiere decir, ni mucho menos, que los fabricantes de cámaras no sigan haciendo su trabajo, más bien todo lo contrario, aunque les toque adaptarse a un nuevo medio: los sensores de las cámaras del iPhone 7, por ejemplo, parecen ser de Sony.
Y también están aquellos fabricantes que han sabido encontrar un nicho en el mercado de cámaras tradicionales como las de la serie X de de Fuji, que está siendo todo un éxito; renovarse o morir.
Una víctima colateral de estas cifras ha sido, por ejemplo, el mítico sitio Quesabesde, aunque su espíritu vive en Photolari.
(El gráfico vía Furilo).