Por Masyebra — 13 de abril de 2009

Rango del Tamron AF 18-250/3.5-6.3 Di II Macro
Dos muestras del rango que es capaz de abarcar el Tamron AF 18-250/3.5-6.3 Di II Macro.

Lo reconozco públicamente: soy un enamorado de Tamron desde hace años. Incluso después de probar las lentes profesionales de Nikon, me parece impresionante el rango focal y la calidad que esta gente es capaz de meter en tan poco espacio.

Hace poco me dejaron trastear con el nuevo Tamron AF 18-250/3.5-6.3 Di II Macro. Y aunque hace años que uso uno de sus antecesores, era una excelente oportunidad de probar las nuevas generaciones.

Este objetivo pertenece a una clase conocida como todo-terrenos o todo-en-uno, lentes con un amplio rango focal y reducido tamaño. Tamron y Sigma son quizás los fabricantes más conocidos de este tipo de objetivos. Como fabricantes independientes que son, suelen tener adaptaciones de un mismo objetivo para cada fabricante de cuerpos: Canon, Nikon, Pentax, etc.

Como no se puede tener todo, la idea es llevar poco peso y tener la máxima flexibilidad posible a cambio de unos cuantos puntos de luz y cierta distorsión en los extremos focales. Aunque yo no sigo esa pauta, he visto a no pocos fotógrafos de bodas profesionales llevar estas lentes en sus trabajos precisamente para evitarse el trasiego de cuerpos y objetivos que el resto de humanos solemos practicar.

Lo primero que llama la atención cuando uno abre la caja es su pequeño tamaño y ligereza. Comparado con el nuevo Nikon 24-70 2.8, ambos son iguales de largo cuando los abres, pero el Tamron se queda en la mitad de tamaño cuando se pliega totalmente. El parasol tampoco ocupa prácticamente espacio, aunque dudo de su eficacia a partir de los 200mm.

En general, este nuevo Tamron 18-250 es muy similar en manufactura que sus antecesores. Excelente al tacto y suave en el zoom. El motor suena sensiblemente menos que en versiones anteriores. Si queréis leer una revisión mucho más técnica, probad con la de Digital Camera Lens.

Como decía al principio, lo más interesante está en el rango y la calidad que logramos sacar de este pequeñín. Recordad que el "Di" del nombre es el equivalente al formato "Dx" de Nikon y demás fabricantes, es decir: es un objetivo que no está fabricado para cámaras Full Frame, así que perderemos un poco de imagen en cada distancia nominal. Obviamente, el objetivo se puede usar en cámaras Full Frame, pero obtendremos un viñeteo natural bastante evidente (y no exento de cierta gracia) en todo el rango focal, tanto en 18mm como en 250mm.

He hecho una sencilla comparativa entre este objetivo y la gama alta de lentes Nikon - las últimas 2.8 más el macro Nikon 105. Es decir: cuatro objetivos profesionales -que en conjunto pesan unos 5 kg- contra uno solo de gama semi-profesional que pesa poco más de 400 gramos. Del precio ni hablamos, claro... Os cuelgo las fotos en Flickr en resolución aceptable para que podáis comparar por vosotros mismos. Salvo niveles y tal, todas las fotos están tal y como salen de la cámara, sin efectos raros ni recortes:

No sé a vosotros, pero a mí me parece una lente sobresaliente para la inmensa mayoría de los fotógrafos amateur, semi-profesionales e incluso profesionales, si la toma no nos obliga en exceso a buscar los límites de la óptica. Lo cual -por cierto- ocurre en la mayoría de las situaciones.¡Bravo Tamron!

Bonus: Y para los que quieren estar a la última, os presento el Tamron AF18-270mm F/3.5-6.3 Di II VC (Vibration Compensation) LD Aspherical (IF) Macro. Y yo me pregunto: ¿porqué nos torturan tanto con el nombre de estos aparatos?

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