Esta curiosa película data de 1939: es una muestra de cómo los trainspotters -que todavía perviven, aunque aquí somos más bien planespotters- se las ingeniaban para lograr espectaculares fotografías de trenes, no sin para ello correr ciertos riesgos.
En el vídeo se explica cómo visitaban estaciones, fábricas y exposiciones para lograr «tomas audaces y diferentes», algo parecido a lo que hoy en día se hace con los aviones y otros medios de transporte -porque trastornados por la ingeniería ha habido en todas las épocas.
Lo más divertido: los últimos segundos del vídeo en donde se ve cómo se las ingeniaban para revelar rápidamente las fotografías utilizando un «cuarto oscuro» un tanto... peculiar (!)