Mike Olbinski pasó 18 días grabando en exteriores la formación de tornados, tras recorrer más de 30.000 kilómetros en coche a través de 9 estados. «Sangre. Sudor. Lágrimas. Alegrías. Eso es la primavera para mi», afirma convencido. El resultado lo ha llamado Vorticity.
Al vídeo quizá le sobra los primeros 30 segundos; luego pueden comenzar a verse bellos campos, blancas nubes y cómo comienzan a definirse las estructuras en el cielo. Eso da lugar a la formación de grandes cúmulos que descargan lluvia, en forma de espectaculares tormentas que lanzan rayos propios de la ira divina y entonces…
… Entonces surgen de esas nubes tornados de todas las formas y tamaños, que gracias a la técnica acelerada de los time‑lapses podemos ver casi como criaturas vivas que giran con cierto desdén, destruyendo las estructuras que van encontrando a su paso.
Algunos son pequeños y juguetones; muchos más grandes y demoledores. Es genial poder ver estas majestuosas estructuras de la naturaleza surgiendo de la nada en cielos de todos los colores, acompañados de música apocalíptica y la oscuridad que traen con ellos las nubes cercanas. Confiad en la tormenta, que le dicen.