En el concurso de la ilusión óptica del año (2014) triunfó esta variante de la clásica ilusión de Ebbinghaus, en la que círculos del mismo tamaño se ven diferentes según de qué están rodeados.
Ahora, rizando el rizo, el resto de círculos que hay alrededor se mueven, crecen y decrecen, acentuando la ilusión en ciertos momentos: hay que mirar fijamente al puntito amarillo antes de que arranque cada segmento y el truco para que el efecto sea más espectacular es alejar la mirada del círculo central.
El nombre de este entretenimiento psicológico-visual es una referencia a Hermann Ebbinghaus, el filósofo y psicólogo que la descubrió. La nueva versión dinámica es obra de un equipo de la Universidad de Nevada Reno (Estados Unidos).
(¡Gracias Andrés por la pista!)