Por Nacho Palou — 4 de mayo de 2016

Carga inalámbrica - Nacho Palou

Desde hace tiempo los dispositivos de baja potencia, caso del teléfono móvil, se pueden cargar de forma inalámbrica, sin necesidad de cables. Sin embargo, a pesar de sus ventajas y comodidad, en la práctica el uso de la carga inalámbrica es poco habitual y de hecho casi ningún teléfono viene de fábrica con la posibilidad de carga inalámbrica.

La ventaja evidente de la carga inalámbrica es que basta con dejar el móvil sobre la base: no hay que pararse enchufarlo y no hay que pasar por los inevitables tres intentos de obligado cumplimiento hasta dar con la posición correcta del USB. En ese momento, y más si hay poca luz, es cuando más se aprecia la virtud del conector USB Tipo C o del conector Lightning de Apple: en ambos casos da igual de qué lado se introduzca el conector en el puerto, aunque igualmente primero hay encontrar el conector a tientas. En ese momento la carga inalámbrica también supone una ventaja, claro.

Recientemente he tenido ocasión de probar la base inalámbrica de carga rápida Samsung EP-NG930 con el Samsung Galaxy S7 Edge, teléfono que precisamente sí viene de serie con capacidad para cargarse de forma inalámbrica.

La base EP-NG930 probada es de tipo «carga rápida» y cuesta unos 39 euros; pero hay otros modelos de Samsung y de otros fabricantes que son compatibles y que resultan mucho más económicos. Eso sí, en general no son de carga rápida (fast charge) y por tanto se toman algo más de tiempo en cargar la batería del móvil.

Carga inalámbrica Samsung S7 - Nacho Palou

Con los cargadores inalámbricos, como sucede con los cargadores convencionales, es mejor no ser muy tacaño, por seguridad y eficiencia: Esta es la diferencia entre un cargador falso y un cargador original.

La carga inalámbrica siempre es algo más lenta que el equivalente con cable; en este caso con el Galaxy S7 la carga inalámbrica rápida es entre un 15 y un 30 por ciento más lenta, en comparación con la carga rápida con cable. Esto significa que el tiempo necesario para cargar la batería difiere entre unos pocos minutos y hasta media hora dependiendo de la carga de la batería.

A cambio, la carga inalámbrica es muy cómoda cuando se hace un uso más o menos constante del móvil. Para contestar un WhatsApp o atender una llamada de teléfono basta con coger el teléfono y utilizarlo con normalidad, sin la limitación de movimientos ni las poses extrañas propias de utilizar un móvil que está enchufado o en cambio sin tener que estar desenchufando y enchufando para que el teléfono recupera carga entre uso y uso.

Este tipo de cargas parciales no suponen ningún problema para la batería. Al contrario, mantener la carga entre el 50 y el 80 por ciento es algo que les encanta a las baterías de litio, la cuales también prefieren esa cargas parciales continuas que completar ciclos de carga — esto es, pasar de estar casi o totalmente descargada a estar casi o totalmente cargada (más: ¿Cuál es la mejor forma de cargar el móvil para no dañar la batería?)

Carga inalámbrica Samsung S7 - Nacho Palou

Hay que tener en cuenta que la carga inalámbrica puede verse interferida, parcial o completamente, con el uso de fundas protectoras para el móvil, así que conviene comprobar antes que la funda o carcasa utilizada es compatible con la carga inalámbrica.

El modelo probado además hace también las veces de soporte para el móvil, manteniendo el teléfono levantado, perpendicular a la mesa. Esto facilita su manejo y también mirar la pantalla sin tener que cogerlo con la mano. Además la base de carga funciona tanto con el teléfono vertical como en horizontal, lo que permite ver vídeos o películas mientras está en la base cargando, lo cual es una ventaja adicional.

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