Por @Wicho — 16 de mayo de 2012

Cascos Sennheiser/Adidas CX 680iDesde que empecé a hacer ejercicio prácticamente a diario ahogué literalmente en sudor varios cascos de los que Apple suministra con sus iDispositivos, así que finamente me decidí a comprar unos cascos para deporte, supuestamente preparados para resistir el sudor.

Quería unos cascos de tapón con controles para poder subir y bajar el volumen del iPhone, así que tras darle unas cuantas vueltas me compré unos Sennheiser/Adidas CX 680i Sports.

Estos vienen con tapones intercambiables de tres tamaños que se cambian fácilmente según el tamaño de tu cana auditivo, y con una especie de aletas que sujetan los cascos contra la parte interior de la oreja denominadas EarFins por el fabricante, también en tres tamaños.

Aparte de eso, incluyen una botonera de control para poder subir y bajar el volumen, poner en pausa la reproducción, pasar a la siguiente pista o a la anterior, y para contestar las llamadas telefónicas, para lo que incluye un micrófono.

Completan los accesorios una funda, una herramienta para limpiar la cera que se pueda acumular en los cascos, un par de protecciones internas para evitar que se ensucien los diafragmas de los altavocillos de los cascos, y un clip que permite sujetar el mando en el sitio más cómodo.

El cable que va a los dos cascos es de la misma longitud, con lo que no está pensado para ser pasado por detrás del cuello, y tampoco está dividido en dos segmentos para cuando se lleva el iCacharro en una funda en el brazo, por lo que en ese caso el cable es demasiado largo.

La calidad de sonido es más que suficiente para unos cascos de deporte, al menos para mi, pues lo que me importa cuando voy a hacer deporte no es precisamente distinguir perfectamente toda la gama de sonidos.

También aíslan bastante de los ruidos externos, lo que según donde vayas a hacer deporte puede estar muy bien o ser un tanto peligroso porque podrías no enterarte de que se acerca un ciclista dándole al timbre o un perro loco que se te viene a enredar entre los pies o a pegarte un mordisco en la pantorrilla.

Eso siempre que no se te escurran del oído, claro, que es en lo que para mi fallan estos cascos estrepitosamente, pues en cuanto me ponía a hacer ejercicio un poco movido –y por esto no me refiero a nada más violento que correr– y a sudar un poco los famosos EarFins se empapaban, perdiendo efectividad, por lo que en más de una ocasión se me salieron de los oídos los cascos.

Quizás una goma un poco más dura habría ayudado, pero lo cierto es que en esas condiciones no puedo recomendarlos.

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