Por Nacho Palou — 19 de julio de 2013

En The Guardian, Stephen Elop de Nokia explica finalmente por qué Nokia se decidió por Windows Phone en lugar de adoptar el sistema operativo de Google, Android, como reemplazo para Symbian,

Hace un par de años estábamos preocupados por el riesgo de que un único fabricante de hardware llegase a dominar Android. Teníamos la sospecha de quién podría ser ese fabricante [Samsung] debido a los recursos disponible, la integración vertical y porque éramos conscientes de que llegábamos tarde a ese escenario que ya estaba ocupado por muchos (...) ahora hay un montón de dispositivos Android buenos, de diferentes compañías, pero una de ellas se ha erigido como el rival dominante.

Igual es fácil argumentar así esa decisión dos años después, cuando eso ya ha pasado y hasta suena plausible que Samsung se haga con el control de Android, con o sin Google.

O bien el motivo pudiera ser simplemente por el pago de Microsoft a Nokia.

También puede ser que Nokia conozca mejor que nadie qué pasa cuando un único fabricante se apropia (intencionadamente o no) de una plataforma inicialmente abierta como lo fue en su día Symbian y como lo es en teoría Android.

Me autocito para ahorrarme repetir lo mismo que conté hace un par de años,

Aunque Symbian se asocia a los teléfonos Nokia en realidad el desarollo de Symbian dependía de un consorcio que agrupaba a distintos fabricantes y marcas relacionadas con la tecnología móvil.

Entre las marcas participantes en el desarrollo de Symbian estaban Nokia, Sony, Ericcson, Samsung, LG, Motorola y Sharp y otras. Las participaciones eran todas minoritarias y la idea era desarrollar un sistema operativo de código abierto.

Con el tiempo los distintos movimientos de socios del grupo acabaron dejando Symbian en manos de Nokia, que se quedó con la propiedad y modificó la licencia de abierta a propietaria, licenciable.

De modo que el nuevo escenario era que Nokia hacía sus teléfonos, desarrollaba Symbian y lo licenciaba a otras marcas, empezando por la propia.

«La lección (y el aviso) es que un licenciador que es también titular de una licencia hace que el resto de titulares se sientan incómodos. El proveedor es también el competidor. Una situación que siempre acaba en conflicto», escribía entonces Horace Dediu.

Nokia decidió que la de Android no era una batalla en la que ella tuviera posibilidades —HTC ya estaba allí cuando empezaron las tortas— y según Elop decidió quedarse fuera y convertirse en la tercera opción.

Aunque en aquel momento parecía una buena idea la polarización entre iOS y Android y el hecho de que el mundo sea un lugar injusto por naturaleza están poniendo las cosas muy difíciles a Microsoft y a Nokia, lo que no quita que los Lumia con Windows Phone sean teléfonos magníficos.

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