En su séptima reencarnación el iPod Nano (16 Gb, 169 €), cambia de formato. Es más fino que nunca (medio cm de grosor) y cambia la forma cuadrada por una rectangular, similar a una tarjeta de visita. Este cambio termina, por cierto, con la posibilidad de utilizar el iPod Nano como reloj de pulsera.
La pantalla táctil mide 2,5 pulgadas y no se puede cambiar de orientación. En el modelo anterior --aunque era cuadrado-- se podía girar con dos dedos. De modo que su utilización es en vertical, excepto al reproducir vídeos que se muestran en horizontal.
Dispone de conexión Bluetooth para conectarlo a equipos de audio, al Bluetooth del coche, auriculares inalámbricos o accesorios como podómetros o pulsómetros --el iPod Nano integra un podómetro y es compatible con Nike+.
Tiene radio con función de grabación o time-shifting de 15 minutos, para poner la emisión de radio en pausa, rebobinar (volver a escuchar una canción, por ejemplo) o avanzar.
Aunque el iPod Nano mantiene el aspecto de familia y la calidad de sus primos el iPod Touch y iPhone 5, en el iPod Nano no se pueden instalar las aplicaciones que hay en la App Store.
Pero ofrece las mismas funciones de reproducción de música, vídeos y fotografias --añadiendo la radio y el podómetro-- en un formato mucho más pequeño y ligero: pesa menos que dos discos compactos.
