Por @Alvy — 26 de abril de 2013

Vr100-Kobold-Robot

La gente de Kobold tuvo la amabilidad de contactarnos por si queríamos probar un robot aspirador VR100, uno de esos gadgets caseros que son lo más parecido al mítico «robot que te limpia la casa» que puedes comprar con dinero hoy en día. Este modelo es una evolución mejorada de versiones anteriores cono el Neato, desarrollados en una división especializada de Vorwerk, que también fabrica la no menos mítica Thermomix (el gadget definitivo de geeks cocinillas).

Al VR100 lo he metido unas semanas en un campo de combate real, al igual que hice años ha con uno de los primeros Navibot de Samsung. El modelo de Kobold viene con el marchamo germánico de su fabricante, a cuyos tópicos hace honor: es un trasto en el que no hay rastro de belleza, pero sí de robustez, solidez y resistencia. Simplemente hace lo que tiene que hacer y lo hace bien.

Este tipo de robots van equipados con un motor aspirador del que dependen un cepillo principal y otro lateral, láseres para el mapeado de las habitaciones, un paragolpes para proteger los muebles y sensores anti-caídas y de pared (para evitar colisiones y otras desgracias). La recarga se hace en una estación base que se deja enchufada en la pared; el robot sabe encontrarla y dirigirse a ella grácilmente para auto enchufarse cuando lo necesita. Para operar con él cuenta con una pequeña pantalla de menús de texto, aunque suele ser suficiente usar el Gran Botón Verde de arranque.

Lo mejor del VR100 es que basta sacarlo de la caja para tenerlo listo para funcionar, tan solo hay que encajar una pequeña pieza lateral y está listo par ala batalla. De vez en cuando te avisa para vaciar el depósito de polvo (de unos 0,6 litros de capacidad) o pasar un trapo por los sensores. No necesita bolsas de papel ni otros consumibles. Su sencillez es además palmaria: nada de complicados desmontajes, piezas pequeñas o puzzles de Rubik que resolver – agitar sobre el cubo de basura, unos segundos bajo el grifo de agua u listo para empezar de nuevo. Si uno quiere o lo necesita puede complicarse la vida con otros detalles, tales como programarlo por horarios o usar una tira magnética para impedir que recorra ciertas zonas de la casa, pero todo eso es opcional.

La limpieza en sí es razonablemente buena si se espera de él que haga una «limpieza rápida y ligera»; está diseñado de forma que recorra minuciosamente las esquinas y rincones y con el cepillo lateral –en ocasiones de forma insaciable– donde se las apaña muy bien. En el resto de la navegación por la casa no es que brille por su ingenio precisamente –es metódico y cuadriculado– pero tampoco es que el estilismo de su «danza de navegación» sea lo más relevante.

Más importante es por ejemplo que raras veces se atasca: puede subir pequeñas alfombras y evitar todo tipo de obstáculos-trampa. No se lleva demasiado mal con los objetos tirados por el suelo, sean zapatos o cajas – suele evitarlos o empujarlos con suavidad, como mucho. Empero, en algunas ocasiones tuve que rescatarlo cuando se quedó levantado cual tortuga patas arriba bajo sillones o sillas de tijera de esas que se apoyan sobre barras horizontales en el suelo: depende un poco de cómo las encare y si tiene o suerte no al intentar superarlas. Eso sí: mejor no dejar tiradas mantas o ropa porque lo normal será que el mecanismo se lo intente «tragar» produciéndose un atasco y el subsiguiente sonido de alerta.

El otro factor clave es la velocidad y el ruido. Su velocidad es buena: puede repasar metódicamente una casa de tamaño normal en unos 20 o 25 minutos, con algo menos de una carga de batería. En cuanto al ruido, el manual habla de unos 70 dBA… pero sobre parquet y otras superficies distintas de las alfombras se diría que es algo más. Si estás viendo la tele o durmiendo la siesta seguramente no es la mejor idea del mundo contactarlo – aunque es infinitamente menos ruidoso que un aspirador convencional. Mi modalidad favorita: arrancarlo justo antes de salir de casa para encontrarla limpia a la vuelta.

Lo último que comprobé fueron sus requerimientos energéticos, especialmente si cumple con lo que marcan las especificaciones: usando un medidor de consumo eléctrico comprobé que cuando está cargándose gasta entre 40 y 45 watios; si se deja en modo en espera (stand-by) sin cargar se van unos 4 watios. Incluso con una carga completa de unas 2-3 horas diarias el coste no llegaría a uno o dos euros al mes – nadie se arruinará por eso. Eso sí, hay que asegurarse de que la base está bien situada y nivelada: en una ocasión me encontré con que se paraba inexplicablemente en medio de sus tareas y casi con seguridad fue porque no llegó a cargarse por hacer mal contacto. Con un cambio de posición, solucionado.

Otro aspecto que no quería dejar de comentar es la satisfactoria sensación que deja eso de «tener un robot en casa». Vale que no es lo más inteligente del mundo, ni lo más espectacularmente complejo o hábil –más bien lo más parecido a un esclavo metódico para hacer el trabajo sucio– pero en cierto modo hace ilusión ver y oír al bicho dando vueltas por ahí con cierta autonomía, regresando a su base, habiendo hecho sus tareas cuando vuelves a casa… Cuando lo ven las visitas y especialmente los niños les llama mucho la atención; es fácil humanizarlo y considerarlo casi como parte de la familia. No está mal para un trozo de plástico y hierros de 4 kilos de peso con forma de caja de pizza (!) Ni pensar quiero en el valle inexplicable cuando estos mayordomos del futuro tengan formas más reconocibles o incluso humanas.

Eso sí: el VR100 como amiguito robótico limpiador también tiene un precio y en este caso son unos 650 euros. No es una cantidad despreciable –especialmente para un electrodoméstico– sino a mi parecer un pequeño capricho, incluso un tanto lujoso. En una visita a la tienda me dio la sensación de este tipo de robots están todavía en esa gama tirando a alta de precios –al menos respecto a otros chismes eléctricos que puedes instalar en casa– e imagino que será algo que irá cambiando y haciéndose más asequible a medida que se abaraten sus componentes y costes de fabricación.

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