Por @Wicho — 15 de octubre de 2024

Foto de producto del tabureteUno de mis vicios confesables es el del planespotting. Hacer fotos a aviones, sí. Tengo una charla de cinco minutos sobre eso. Pero practicarlo implica a menudo estar horas de pie. Así que como voy teniendo una edad hace poco decidí buscar un taburete plegable que llevarme conmigo para practicar este «deporte». Y el agraciado ha sido el Walkstool Basic.

Mis criterios eran que, plegado, cupiera en un trolley o en la mochila con la que viajo habitualmente; que no pesara demasiado; que, dado que no estoy hecho una sílfide, aguantara un peso razonable; y que la altura del asiento, una vez desplegado el taburete, fuera cómoda.

El Walkstool Basic, en cualquiera de sus dos versiones, cumple con todas ellas, algo que los miles de taburetes de marca NiSuPu que puedes encontrar por ahí tengo claro que hicieran. Así, tras medir el interior de mi trolley y de mi mochila compré el de 60 centímetros, que plegado ocupa 41 centímetros, pesa 725 gramos, aguanta hasta 175 kilos de peso, y, como su nombre indica, tiene el asiento a 60 centímetros del suelo una vez abierto.

Hay una versión de 50 centímetros que plegado mide 36, pesa 675 gramos y soporta 150 kilos. Pero preferí la de 60 porque con mi altura me tengo que bajar memos para sentarme.

El taburete me costó 60 € en Amazon, y me parecen muy bien empleados porque cumple de sobras con lo esperado, tal y como he podido comprobar ya en dos viajes y otras tantas sesiones de spotting.

Un fotógrafo sentado en un taburete Walkstool
El taburete se utiliza colocando el asiento, que es triangular, como el sillín de una bici – Walkstool

Aunque tengo dos pegas. Una son los pies de plástico duro que trae al final de las patas, pues según como sea el pavimento sobre el que lo colocas tienden a resbalar. La otra es que los topes superiores de las patas, sobre los que te sientas, terminan por clavársete en el trasero si estás mucho rato sentado. Y esto tiene poco remedio. Aunque eso no es malo del todo porque sí te levantas de vez en cuando.

Los pies de plástico se pueden cambiar por unos de goma que además son más anchos, lo que hace que el taburete se hunda menos en terrenos blandos. El juego de tres cuesta cuesta 10 €. Lo otro tiene peor remedio salvo que te lleves un cojín o así. Aunque eso va contra la portabilidad del invento, claro.

Hay otro modelo de gama más alta, el Walkstool Comfort, que está disponible en alturas de 45, 55, 65 y 75 centímetros y con un asiento de rejilla en vez del del Basic que es un trozo triangular de poliester. Pero aparte de por el calor no creo que haya gran diferencia.

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