Cuando la aguja de un tocadiscos recorre los valles y las elevaciones que hay grabadas en los surcos de un disco de vinilo la aguja vibra, y esa vibración se convierte en sonido. El principio de funcionamiento de un fonógrafo es relativamente simple, y por tanto es fácil construir un fonógrafo usando una aguja y un trozo de papel y poco más con el que escuchar lo que hay grabado en un disco.
Eso es precisamente lo que muestra este vídeo, que además añade la variante de la conducción ósea. Esto es, trasladar las vibraciones de la aguja (y por tanto el “sonido”) directamente al oído interno a través de los dientes y de los huesos del cráneo — “saltándose” la transmisión del sonido por el aire y su paso por el oído externo.
En Tooth Phonograph! hay una explicación paso a paso de cómo construir un fonógrafo de conducción ósea.
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