Por @Alvy — 19 de Diciembre de 2016

Esta historia titlada Find my Phone [subtítulada] tiene algo de detectivesco y hackeril; es una película de Anthony van der Meer, al que robaron su iPhone en Amsterdam en una tienda, por el clásico método de despistarte para pedirte algo mientras por debajo de una carpeta o papel te mangan lo que tienes sobre la mesa.

Preocupado por lo que le habrían pasado a sus fotos, mensajes y vídeos e intrigado por quiénes son las personas que se dedican a este tipo de cosas y dónde acaban esos teléfonos, preparó un «teléfono cebo», un Android HTC al que instaló un software espía llamado Cerberus que se instala y permite el control a distancia del móvil: tomar fotos, grabar audio y vídeo, guardar copias de seguridad, los datos de posicionamiento GPS… Ese software también puede evitar un borrado completo del teléfono ocultándose en la memoria, de modo que una vez alguien tiene el teléfono en su poder basta que esté de algún modo conectado a Internet para que se puede acceder a todo ello.

Tardaron cuatro días en robárselo – y eso que se lo puso fácil a los cacos de los sitios más turísticos. La historia a partir de ese punto es bastante interesante, con el seguimiento del móvil en tiempo real, grabaciones de audio, visitas a la comisaría… y un inesperado lado oscuro del asunto que es interesante descubrir.

La historia está bien contada y razonablemente bien filmada – para no ser exactamente un documental. Además acaba como debería; al fin y al cabo se trabaja de «hacer una prueba e investigar» y el hábil hacker consiguió bastante más que eso.

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