Por @Alvy — 24 de abril de 2019

He aquí un huevo normal y corriente que está recubierto de pigmento fotocromático. Se monta sobre el EggBot –un mecanismo CNC que lo mueve de forma muy precisa– y entonces un rayo láser violeta va dibujando la hora exacta. El pigmento cambia de color según el tipo de luz que incida sobre él. A medida que pasa el tiempo el huevo va girando y el material se borra por sí solo. Y vuelta a empezar.

En este otro vídeo puede verse uno de estos pigmentos en acción en forma de slime fotocromático. El popular slime es una especie de material medio-viscoso medio-plastilina medio-blandiblub que resurge por épocas según las modas infantiles. El efecto es tan potente que basta interrumpir la luz solar –no hace falta ni tocarlo– para que en unos segundos cambie de color, volviendo al cabo de un rato a su tonalidad original.

El huevo-reloj es un invento de Jiří Zemánek. El pigmento fotocromático se puede comprar en forma de polvo en algunas tiendas especializadas y también en AliExpress o eBay.

(Vía Laughing Squid.)

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