Por @Alvy — 24 de octubre de 2017

Puntuada con un mísero 6,2 en la Internet Movie Database, cuando se estrenó Hackers, de Iain Softley, hace ya más de dos décadas (1995) todo el mundo andaba un poco flipadillo con lo de la «nueva era de Internet» y sobre todo con eso de los «hackers». En realidad mucha Internet no había, al menos a nivel «popular»; la Web estaba en pañales, casi todo el mundo navegaba «por dentro» de CompuServe y AOL y el término más repetido en el hype era superautopista de la información.

En aquella época también se estrenaron La Red (1995) de Sandra Bullock, sobre un robo de identidad a una experta informática –otra castaña del inframundo, a cuyo rodaje tuve la oportunidad casual de asistir durante una Macworld Expo– y, para aliviar un poco tanto peñazo, Sneakers que puntúa mucho más alto tanto en guión como en calidad de los actores – y donde se podían ver hackers auténticos, los tonos de 2600 del Capt’n Crunch y hasta se habla de criptografía con cierta propiedad. Mucho aprendimos de ella:

Cuando estuve en la cárcel aprendí que todo en este mundo, incluido el dinero, opera sobre la base no de la realidad, sino de la percepción de la realidad. – Cosmo (Sneakers, 1992)

En este vídeo de The Outline el editor Jeff Ihaza le hace un buen repaso a Hackers idolatrándola en su sección Extremely My Shit, resultando algunos de sus (ejem) puntos fuertes y entrañables. Bueno, hemos de reconocer que algunos detalles interesantes y… llamativos… tenía.

Para empezar la actriz era Angelina Jolie en uno de sus primeros papeles (+1) y el actor Jonny Lee Miller hacía de Zero Cool (posteriormente sería más conocido por Trainspotting, otro +1). También había diversas oscuras referencias al mundo del hacking de la época.

Las pintas que se gastaban los personajes eran más propias de Regreso al Futuro II que de la realidad, con trajes a cual más estrambótico, patines en línea (medio de transporte oficial de los hackers en 1995, WTF), gadgets y remiendos de todo tipo – quizá debido al bajo presupuesto, quién sabe. En fin, por seguir la moda la productora invirtió 20 millones de dólares y apenas recaudó 7,5 y algo más a nivel internacional y de televisión. Su vida fue corta.

Pero como dice Ihaza, algo era insuperable en Hackers: las simulaciones de los hackeos y conexiones a través de Internet eran tan… ¿alucinantes? ¿pésimas? que ni siquiera se molestaron mucho en preparar pantallas, terminales o diálogos técnicos medianamente plausibles: literalmente navegaban «volando por el ciberespacio», en pantallas binarias en 3D con gráficos alucinantes que no significaban nada pero lo simbolizaban todo. En fin, tenía aquel encanto. Y no olvidemos el «grito de guerra»:

¡Hack the planet!

(Que para colmo creo que en español doblaron como ¡Jaque al planeta!)

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