Por @Alvy — 8 de Junio de 2024

ChatGPT-4oDemian Ferreiro intentó hacer algunas pruebas con ChatGPT-4o generando pangramas, esas frases que contienen todas las letras del alfabeto al menos una vez, como las clásicas Jovencillo emponzoñado de whisky: ¡qué figurota exhibe! que se utilizan para probar las tipografías. El punto de partida es la idea de que los LLM (modelo de lenguaje grande) son muy buenos con las palabras y las letras… ¿O no?

Tal y como dice el propio Ferreiro, las pruebas acabaron siendo un ejercicio de futilidad. A las primeras preguntas respondió con El veloz murciélago hindú comía feliz cardillo y kiwi, donde faltan letras como la B, la J, la P y otras muchas. Repreguntado contestó con El veloz murciélago hindú comía feliz cardillo y kiwi. La cigüeña tocaba el saxofón detrás del palenque de paja, en el que además de ser dos frases todavía falta la Ñ. Finalmente propuso la del ejemplo, que es bien conocida, el Jovencito empozoñado…

Pero a partir de ahí fue incapaz de generar frases «originales» que no estuvieran ya en internet. Propuso El pingüino ñato y jovial, experto en boxeo, lanzó su eficaz jaque mate a la rápida bruja del volcán, donde faltan la H, K y W, sin darse cuenta de ello. En cualquier caso, ChatGPT da todas las respuestas con su clásica contundencia y seguridad, sin dudar siquiera, ni tampoco avisando de que puede ser falible, lo cual hace replantearse hasta que punto considerar válidas muchas de las frases.

Esto mismo lo he experimentado en primera persona al pedirle enlaces a referencias de datos verificados: puede soltarte una lista de diez páginas, PDFs o trabajos acerca de un tema… para que luego veas al intentar leerlos que la mitad están repetidos y son el mismo, que otro alto porcentaje están «404» (desaparecidos) y que tan solo quedan uno o dos que son los que ha tomado como base para sus elucubraciones.

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