Por Nacho Palou — 3 de mayo de 2017

El Team Rocket (del MIT, no de Pokémon) encendió hace unos días un motor de cohete de combustible sólido impreso en 3D con material plástico. Los investigadores creen que esta es la primera vez que se hace algo parecido a esto.

El cohete está diseñado para utilizarse una vez por cuestiones evidentes, pero finalmente se encendió dos veces. El primer intento “fue bien”. Para comenzar los investigadores utilizaron un propelente poco energético que produce menor temperatura y presión. Como resultado el motor produjo empuje y un chorro supersónico que únicamente dañó unos pocos milímetros de la tobera. Pero en conjunto la estructura impresa “terminó la prueba en un estado decente”.

Los motores de cohete impresos en 3D son un gran logro. Algunos grupos, incluyendo SpaceX y la NASA, han impreso motores de cohete con materiales metálicos, pero las impresoras de metal son caras — con precios de seis cifras. Nuestro motor de plástico está producido con una impresora convencional de plástico [una Mark Two de Marjforged de 13.000 dólares] que es un precio asequible para entusiastas y equipos pequeños. El motor está construido para funcionar con propelentes compuestos modernos.

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En el segundo intentó se utilizó un combustible más potente y la prueba no fue tan bien. Al desgaste inicial se añadió un desgaste aún mayor debido a la mayor temperatura y presión: la combustión del cohete se volvió inestable, el chorro de gases no alcanzó una velocidad supersónica y la cantidad de empuje lograda fue mucho menor: “la inestabilidad de la combustión no produjo una propulsión útil, ¡pero mola verla a 240 fotogramas por segundo!”

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