Uno de nuestros divulgadores favoritos, Bill «EngineerGuy» Hammack detalla en este vídeo la delicada ingeniería que hay dentro de un bolígrafo retráctil. Y es que aunque parezca algo «simple» algunos modelos tienen decenas de piezas de plástico y metal cuidadosamente encajadas.
Las primeras patentes de este invento tan cotidiano datan de 1954, época desde la que los mecanismos de piezas deslizantes y muelles hicieron del clic clic clic clic un sonido habitual en las oficinas y escuelas. Pero aun así fabricantes como Parker (en donde decenas de personas trabajaron para lograr el diseño perfecto) lanzaron el producto con mucho miedo porque era una ruptura cultural sobre los bolígrafos de la época y temían ver dañada su reputación de por vida.