Qué sorpresa encontrar en Great Big Story una pieza acerca de la Catedral de Justo, un estrambótico, curioso y monumental proyecto que llevó a un hombre a dedicar más de 50 años de su vida a construir en solitario una catedral con sus propias manos en un pequeño terreno familiar en lo que hoy en día es Mejorada del Campo, a las afueras de Madrid. El vídeo es breve, está lógicamente en castellano y la producción es tan buena como siempre: hasta han metido un dron para la filmación, tiene su mérito.
¿Te suena la historia? El proyecto se mantenía más o menos en el terreno de lo desconocido –excepto para los aficionados a las rarezas y la gente del lugar– hasta que un anuncio televisivo de Aquarius que se repitió hasta la saciedad lo hizo viral hace algo más de una década. Mucha gente pensaba que era un actor y una historia inventada para el anuncio, pero no.
La Catedral de Justo en 2014, en Mejorada del Campo (Madrid) / Foto (CC)-by Alvy @ Microsiervos
Quien haya visitado personalmente el sitio –es rápido y sencillo llegar, unos 20 minutos desde la capital– no puede sino maravillarse y acojonarse a la vez. La construcción es enorme: ocupa una manzana entera y tiene 35 metros de altura… Pero también es precaria: muchos de los materiales proceden del reciclaje y no parecen ofrecer muchas garantías; las medidas de seguridad brillan por su ausencia y los acabados se ven por lo general toscos y mal rematados – comenzando por la escalera de entrada y la puerta. Eso sí: cualquiera es bienvenido a echar un vistazo a su interior.
Los calificativos para el buen hombre, que vive allí mismo, van desde «héroe» y «hombre con tesón» a «el loco del pueblo». Su construcción se ha tildado de «faraónica» a «insólita» y «monumental». Irónicamente, está situada en la calle Arquitecto Gaudí – con cuyo estilo guarda vagas semejanzas. Justo jamás estudió arquitectura, construcción ni ingeniería – pero ahí está, levantando ladrillo a ladrillo su obra cada día. «Sin planos, ni proyecto oficial. Todo está en mi cabeza» explica a los visitantes.
¿Qué hizo que un campesino se lanzara a construir un edificio de tamañas proporciones que jamás podrá terminar? Dice que Dios le curó la tuberculosis y que la catedral es el fruto de la «consagración de su vida al Creador». De joven fue monje. Afirma que es consciente de que cuando muera (tiene ya más de 90 años) el destino de la catedral «quedará en manos de Dios». Un caso típico de alguien que persigue un objetivo en la vida y hace cosas tremendamente interesantes pero por las razones equivocadas.
Ningún alcalde se ha atrevido a paralizar la obra –que no tiene permisos ni pasaría el más mínimo control– probablemente porque su destino está claro: ser derribada cuando Justo muera algún día. Habrá protestas y peticiones, seguro, pero es algo completamente insostenible.
Dejo por aquí algunas fotos más que tomé cuándo estuve por allí de visita hace algunos años. Si alguien las quiere a más resolución que me avise, son libres:
{Fotos (CC)-by Alvy @ Microsiervos}