En este vídeo pueden verse los detalles de la construcción y funcionamiento del odómetro de Da Vinci. Era un ingenioso artilugio con el que el genio universal podía medir distancias con gran precisión. Y no hacía falta nada más que madera y habilidad para ensamblar todas las piezas con cuidado.
Gracias a los planos de las obras de Da Vinci se han podido reconstruir muchos de sus inventos y comprobar cómo funcionaban. El odómetro utiliza una serie de ruedas y engranajes para convertir la distancia que se recorre en un valor «numérico». El mecanismo reductor hace girar muy despacio una plataforma con agujeros en los que hay unas bolas. Cuando pasan por una posición determinada, caen en una caja que las recoge todas, a modo de «contador».
El método de conversión y cálculo es simple e ingenioso: la circunferencia de las ruedas miden siempre la misma distancia, 2πr. En este caso el radio son unos 24 cm, de modo que se puede calcular que se desplazan 1,5 metros por vuelta. Cada 4 vueltas cae una bola, así que son en total 6 metros. En total hay 48 bolas, de modo que cuando cae la última la distancia recorrida habrán sido 288 metros. Se vuelven a cargar en la plataforma circular y a seguir midiendo.
En la prueba del vídeo se ve cómo el odómetro se puede instalar a modo de remolque de un coche moderno y comparar las distancias con el del vehículo o los planos de la finca, dando un resultado consistente. Es apropiado, porque se sabe que Da Vinci utilizó odómetros como este para calcular las distancias de las calles de Florencia y trazar mapas muy precisos, ayudándose también de brújulas con un grado de precisión. Es una técnica que aunque tiene ya cinco siglos podría casi rivalizar con las imágenes de satélite de Google Maps.
(Vía Massimo, que apuntó a un vídeo similar en el que pueden verse más invento del polímata florentino).