A principios del siglo XX los responsables del Royal Mail, el servicio postal del Reino Unido, decidieron que los retrasos que sufría la distribución del correo en Londres debido a los atascos que había en sus calles eran inaceptables.
Así que allá por 1911 decidieron unir las principales oficinas de correos de la ciudad mediante un tren subterráneo que sería inmune a ese problema, aunque la primera guerra mundial obligó a suspender su construcción en 1917. Pero para 1927 ya estaba en funcionamiento, y permitía que los contenedores con sacas de correo –similares a los que se usan hoy en día en los aviones para las maletas– recorrieran los 10,5 kilómetros que separan las oficinas de correos de Paddington y Whitechapel en unos diez minutos.
El Post Office Railway, también conocido como Mail Rail, era un sistema de trenes eléctricos sin conductor controlado remotamente que llegó a contar con hasta nueve estaciones y una frecuencia de 40 trenes por hora.
Pero Royal Mail, alegando unos costes de operación cinco veces superiores a su transporte por superficie, decidió cerrar el sistema en 2003; se ve que la rapidez en la entrega del correo dejó de ser tan prioritaria.
El Mail Rail fue un gran desconocido durante muchos años, hasta que en 2016 The Londonist publicó un vídeo en el que se hablaba de él y en el que mencionaba como había planes de reabrir la estación de y parte de las vías e instalaciones auxiliares como parte de los contenidos de The Postal Museum, que acaba de ser inaugurado en lo que antes era la oficina de correos de Mount Pleasant.
En aquel vídeo se hablaba de 2020 como fecha para la puesta en marcha del Mail Rail como parte de los contenidos del museo, pero han adelantado la fecha.
Así que a partir del 4 de septiembre de 2017 puedes añadir un paseo por los túneles del Mail Rail –en unos vagones especialmente construidos para ello– a la multitud de cosas frikis que hacer en Londres. Lo que no sé es el tamaño máximo de pasajeros que admiten esos vagoncitos.