Por @Alvy — 31 de marzo de 2022

El Museo de Historia de la Informática consiguió salvar los archivos de CompuServe en una gesta épica

Leí en el blog de Archive.org que la buena gente del Museo de Historia de la Informática (CHM) de Silicon Valley consiguió hace relativamente poco salvar los archivos de CompuServe. Y la narración de la hazaña es totalmente de película, con final épico y divertida de leer.

Como es sabido, CompuServe fue uno de los primeros servicios online, una especie de «internet antes de internet» en la que muchos dimos nuestros primeros pasos en lo que con los años pasaría a ser un pequeño reducto de la red global. Su historia de CompuServe es bien conocida y ha sido narrada con todo lujo de detalles. Tras su cierre se fue apagando la huella digital que había dejado y luego, adquisición tras adquisición (AOL, Time Warner, Worldcom…) sucedió que cada vez quedaba menos de la compañía, tanto en formato físico como digital. La colección física incluía cajas de software, manuales y otra documentación sobre el servicio.

El Museo de Historia de la Informática consiguió salvar los archivos de CompuServe en una gesta épica

Según parece desde hace algún tiempo los archivólogo del CHM tenían echado el ojo a los restos de CompuServe y tras cada cambio de titularidad y propiedad de la empresa preguntaban si podían «rascar algo» que fuera a ser abandonado. En una de las últimas conversaciones alguien confirmó que podían llevarse lo que quedaba en unas oficinas que había ocupado CompuServe, pero había un problema: tenían que hacerlo a toda prisa porque había que dejar el local libre unos pocos días después. Así que armados con un gigantesco camión de mudanzas contratado a toda prisa y varios palets recuperaron 200 cajas de materiales diversos que de otro modo hubieran acabado en la basura.

Cuando el camión llegó al almacén del CHM –todo esto fue en plena pandemia, lo que complicó las cosas– comenzó el trabajo de sustituir las viejas cajas y reemplazarlas por otras nuevas, paletizarlas convenientemente y dejarlas en cuarentena, no sólo por los virus sino también porque a veces los archivos en papel vienen con bichitos o plagas. Han calculado que el trabajo de catalogación de todo ese material requerirá al menos tres años.

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