Descubrí Apalabrados [iOS, Android, multi-idioma] porque muchos colegas de mi línea temporal en Twitter lo mencionaban a cualquier hora, parecían de una logia secreta intercambiando códigos entre iniciados. Lo busqué para probarlo y vi que no era ni más ni menos que el Scrabble de toda la vida, en versión asíncrona y para jugar contra los amigos o gente aleatoria. Me enganché al cabo de unas horas.
Lo mejor de Apalabrados es que los clásicos de palabras cruzadas nunca pasan de moda. En cuanto al desarrollo del juego, como puedes dejar un tiempo razonable entre turno y turno es como jugar al ajedrez postal: puedes tener varias partidas abiertas y prestarles atención en los ratos que tengas libre, desde cualquier lugar. Aparte de eso, el juego está visualmente bien resuelto, es bonito, la animación es fluida y el sistema que reconoce las palabras válidas (de un gigantesco diccionario) es muy completo y flexible.
Como te conectas con una cuenta personalizada puedes entrar desde varios dispositivos casi a la vez (ej. el iPad o el teléfono). La versión para iPad es más atractiva por la gran pantalla, pero la de móvil tampoco está mal, resuelve el tema del tablero con una vista general y un buen zoom.
Sin embargo, Apalabrados también es harto mejorable: está lleno de bugs que hacen que a veces las sincronizaciones y los turnos fallen, y que tengas que esperar un buen rato para que todo vuelva a la normalidad (a veces reiniciando el dispositivo). La búsqueda de amigos no es muy efectiva; en otros juegos o en las redes sociales es mucho más fácil localizarlos. Las notificaciones no pasan de «reguleras»: funcionan un poco cuando quieren. Y se le podrían añadir muchas mejoras: tablas de clasificaciones, control por tiempo... en fin, supongo que irá mejorando.
Respecto a las reglas me gustó que a diferencia del Scrabble en Apalabrados valga cualquier tiempo verbal: eso hace más fácil el juego. La puntuación es un poco diferente y extraña a veces. Los nombres propios no son válidos, algo que compensa en parte el diccionario amplísimo que incorpora (que de todos modos no coincide ni con el de la RAE ni con el oficial del Scrabble).
Su precio es realmente lo de menos: algo menos de 3 euros en la App Store. Se puede descargar gratis, en ese caso con publicidad en las diferentes pantallas, pero resulta tan desagradable como absurdo: es la extraña forma que tienen los desarrolladores de pedir que lo compres, con ventanas gritonas, molestas y confusas por doquier, tanto del propio juego como de otros. La sensación al respecto es rara: por un lado te apetece pagarlo tras probarlo; por otro es como darle una limosna a los músicos callejeros ruidosos para que se alejen de tu zona del restaurante y te dejen en paz. Sinceramente: creo que se puede ser menos agresivo y abusón a la hora de promocionar la compra de un juego de unos pocos euros, que la mayoría sin duda pagarán gustosos.
Mi recomendación es probarlo, comprarlo y disfrutar de las interminables partidas con los colegas: no solo es divertido sino que además se refresca el uso del lenguaje y se agudiza el coco, algo que nunca viene mal. El juego se presta además a múltiples estrategias, truquis y anécdotas: quien quiera puede aprovechar y compartir sus favoritas en el espacio de los comentarios a continuación.