Este experimento es en cierto modo entrañable pero en la práctica es como enfrentar a Magnus Carlsen contra un chimpancé entrenado al que se le acaban de enseñar las reglas a base regalarle plátanos si no se equivoca – aunque al menos el pequeño ZX‑81 sabe mover las piezas.
Como dicen en el vídeo de Nostalgia Nerd:
De hecho lo más fenomenal de todo esto es que todavía se pueda jugar contra un programa de ajedrez de hace 37 años programado en un ordenador con sólo 1 KB de memoria RAM.
En el vídeo de la partida –sin demasiado suspense– puede verse cómo Stockfish 8 –uno de los programas más potentes de la actualidad, corriendo en un PC normalito– calcula sin despeinarse 24/36 movimientos de profundidad en una partida que es como quitarle los caramelos a un niño.
El humilde ZX‑81, por contra, ni siquiera tiene memoria para guardar los cálculos, de modo que utiliza la propia representación en pantalla en modo texto para seguir la posición de las piezas en un bucle en el que calcula pacientemente si cada pieza puede capturar algo, dar jaque o el rey está amenazado. ¡Animalico! Es absolutamente increíble que sea capaz de hacer algo más que mover al azar.
El resultado es predecible, pero había que comprobarlo. Y qué mejor forma de hacerlo que con este enfrentamiento directo.
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