1, 2, 1, 1, 3...
Flappy Bird [iOS, Android] creado por el vietnamita Dong Nguyen es el fenómeno del momento. Es el juego más amado y más odiado - y con una intensidad pocas veces vistas. Tal y es la bipolaridad que provoca que mientras los más influenciables se convierten en yonkis por unas horas abandonando sus quehaceres para darle al flap flap del pajarito otros exigen la cabeza de su creador por haberles arrastrado al camino de la perdición.
2, 3, 1, 4, 4, 1, 5...
Y es que Flappy Bird para colmo es una chorrada de juego: consiste simplemente en darle a la pantalla con el dedo para que el pajarraco mueva sus alas y suba y baje, evitando que se choque con los tubos y paredes de un monótono laberinto. Los obstáculos siempre son los mismos. La velocidad constante. Y la ausencia de extras lo hacen tan aburrido como tranquilizador y enervante. Pero esa simplicidad es a la vez el arma del Diablo. Es un juego extremadamente cruel: hay quien lo califica como «el juego más difícil del mundo», «el videojuego más hdp que he probado» o «la auténtica figura dominatrix de los videojuegos».
4, 7, 3, 3, 4, 6, 6, 3, 8...
Lo cierto es que cualquier mínimo toque con las paredes del laberinto lleva a la muerte segura del Flappy. Y como solo hay una vida, fin: a mirar la puntuación, aspirar a superar el reto personal y a comenzar de nuevo desde cero. Cada obstáculo superado es un punto. Al principio, llegar a 3 o 4 es todo un reto. Pasar la primera decena es ya difícil. Si tienes paciencia, buena mano y mentalidad zen, puedes llegar a 20, 30 o incluso más. Dicen que existe una técnica radical para acabar el reto de una vez por todas. Algunas almas en pena que se han aventurado hasta los 9999 puntos -nadie sabe muy bien cómo- y confirman que ahí acaba el juego. Y más allá no hay nada: no hay sorpresa, premio, princesas que rescatar. En triste, vacío y carente de sentido. Es casi una lección vital.
7, 4, 2, 7, 4, 8, 10, 8, 16...
Los hay que envían el juego a sus amigos como venganza, para hacerles perder tiempo y arrastrarlos al vicio. Otros consideran que Flappy Bird es «un propósito merecedor de que se le dedique una vida ;)» medio en serio medio en broma. Con millones de jugadores habiéndolo descargado -es gratis- y millones jugando simultáneamente y generando 50.000 dólares diarios para su creador a través de los banners publicitarios (que además nadie mira, como es obvio) la oleada memética ha desbordado todas las previsiones.
12, 4, 10, 20, 18, 7, 9, 10, 26, 5, 10...
Y es que ahora Dong Nguyen está desesperado ante esta bestia descontrolada y ya no sabe qué hacer. A diferencia de Notch [Minecraft] u otros creadores de juegos indies, al vietamita parece haberle sobrepasado la situación; dice que la repentina fama, la presión y el dinero le están arruinando su «vida sencilla». No está claro si porque considera que ha abierto la caja de Pandora, porque se arrepiente de hacer perder el tiempo a media humanidad o porque las llamadas para comprarle la empresa u ofrecerle entrevistas y dinero le agobian (ya ha dicho que la empresa es él mismo y que no va a vender). El caso es que ha decidido hacer algo. Algo terrible.
12, 9 , 5, 22, 4, 8, 28, 20, 12, 10, 38...
Nguyen va a retirar el juego y no se podrá descargar más. Una muerte anunciada. Un final digno de película asiática de serie b para detener una histeria colectiva que ha sorprendido al mundo por su velocidad -todo ha ocurrido en unos pocos días, aunque el juego se publicó en verano. Destruyendo el juego, se acabó la rabia. Quizá quienes ya lo tienen descargado puedan seguir jugando con él, y se considere un incunable histórico dentro de algún tiempo - como un disco de vinilo raro. Para Nguyen, la paz y la calma deberían volver a su mente, como para los grandes artistas que eligen acabar con sus vidas para poner un broche perfecto para la eternidad. Flappy Bird morirá dentro de unas horas cuando sea eliminado de las tiendas online. Surgirán clones e imitaciones, pero ya no será lo mismo. ¡Larga vida Flappy Bird!
... 43!
Actualización (10 de febrero de 2014): Dicho y hecho, Flappy Bird ha sido retirado.