De entre todos los vídeos de montañas, máquinas de Rube Goldberg y circuitos de canicas este que nos sugirió Juanpi (¡gracias!) me pareció especialmente interesante y en cierto modo relajante. Es una maravilla por el diseño de la construcción, artesanal al máximo, con piezas de madera, de la siempre útil madera de balsa y un mecanismo de elevación en metal.
En el circuito hay infinidad de detalles pero sobre todo lugares icónicos: se puede ver una copia del Golden Gate, de las curvas de la calle Lombard, y un tranvía (todas ellas de San Francisco); también está la Gran Muralla china, hay una montaña rusa, un trampolín de esquí e incluso un parque de carreras, al estilo de los skate parks. El circuito, dice su creador Ben Tardif, es un tanto autobiográfico, reflejando diversos aspectos importantes de su vida – otra genialidad.
El tamaño del montaje definitivo es de unos 4 metros por 3 y de otros casi 3 metros de altura. Se necesitan unas 300 canicas para que funcione sin pausa recorriendo los 32 posibles caminos, a una «velocidad» de 60 canicas por minuto – el mecanismo del skate park es especialmente interesante. Su diseñador dice que necesitó año y medio para los primeros módulos (en total hay 25) –traslado de casa incluido– y que no sabe ni cuánto tiempo libre ni cuánto dinero le puede haber costado en total. Y es que hay cosas que solo se hacen por amor al arte.