Desde tiempos inmemoriales ha circulado una historia acerca de que no se debían tirar a la basura / reciclaje los anillos de plástico de las latas sin cortarlos en trozos pues de no hacerlo «los animalillos que viven en los vertederos (o los animales marinos, si acaso llegan al mar) podrían morir al quedar atrapados en ellos inexorablemente» – tras aumentar de tamaño con el paso del tiempo, naturalmente. El meme circulante se suele acompañar de fotos y otros aderezos llamando a la acción.
Pues bien: resulta que tal y como explica la wikipedia en inglés acerca de esos anillos de plástico en los packs de latas esto puede que tuviera cierto sentido hace muchas décadas (en la década de los 70, que es cuando se popularizaron) pero resulta que desde 1989 ya no suponen ningún problema.
La razón es que la normativa respecto a la fabricación de esos anillos –al menos en Estados Unidos, pero cabe suponer que también en Europa y en la mayor parte de otros países– obliga a se fabriquen en material fotodegradable. De modo que los famosos anillos simplemente se desintegran al cabo de unas cuantas semanas, permitiendo a los animales (si acaso alguno queda atrapado) escapar a la libertad. (De hecho esos anillos de plástico son una parte ínfima de los plásticos marinos, donde es mucho más fácil encontrar otro tipo de desechos, redes y aparejos de pesca diversos.)
Esta explicación me resulta especialmente satisfactoria porque resuelve una cuestión muy, muy antigua de este blog. Tan antigua, tan antigua, que se corresponde con la primera anotación que publiqué, allá por 2001 (en Hiperespacio, antes de la fusión) y que de hecho se conserva oficialmente como la primera de Microsiervos. De vez en cuando –si surgía el tema en alguna conversación– había echado un vistazo a ver qué se sabía nuevo al respecto, pero la verdad es que nunca encontré nada concluyente. (Para situarnos en contexto: en 2001 fue el mismo año en que nació la Wikipedia, y su página sobre los anillos de plástico data de 2007).
Así que ya sabes: si alguien te da mucho la vara con que cortes los plastiquillos en cuestión, simplemente di no, no es necesario desde hace casi 30 años.
{Foto: Six Pack Yoke (CC) Ruth Hartnup}
Actualización – A raíz de los comentarios en Twitter aclarar que lo que afirma esta leyenda urbana / meme en particular es incorrecto a día de hoy. Primero se refiere únicamente a los plásticos circulares de las latas (en ríos y océanos hay millones de otro tipo de plásticos y desechos) que es sobre lo que se solicita una acción: «cortarlos» [ejemplo]. Y segundo: está claro que anteriormente a 1990 (cuando comenzó a usarse el plástico fotodegradable) se dieron casos –y es fácil encontrar fotos– de animalitos atrapados en estos plásticos; de hecho la mayoría de las fotos que circulan suelen ser (a) de los años 90 o 2000 (con animalitos atrapados antes de 1990 tras crecer en tamaño) (b) de animales atrapados por otros objetos como redes, cuerdas, correas o similares (nada que ver con la leyenda) o (c) animales que han ingerido plásticos y otros desechos (lo cual tampoco tiene que ver con esta leyenda urbana). El problema de las basuras en los océanos es real y grave –y con visos de empeorar– pero al menos esos anillos de plástico de las latas son fotodegradables y aunque siguen contaminando (principal problema) ya no atrapan a los animalitos como afirma la leyenda urbana.
Más – Un hilo en Snopes debatiendo el tema nada concluyente pero que muestra lo difícil que es mantenerse enfocado en la cuestion original.
Artículo al respecto en The Straight Dope:
¿Deberías cortar los anillos de plástico de los packs de latas para no asfixiar a las aves marinas? (…) «No. De hecho es menos importante que cualquier otra de las cosas que podrías hacer al respecto. El énfasis en los anillos de plástico es un ejemplo del ecoactivismo buenrollista que ejemplifica el libro de John Javna 50 cosas simples que puedes hacer para salvar la Tierra (1990) en donde se citan los anillos de plástico como «cosa número 2». No es que las 50 cosas sean inútiles, pero probablemente se conseguirían más avances concentrándose en algunas cosas no tan simples y más complejas que esas. – Cecil Adams
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