Por @Alvy — 30 de septiembre de 2008

A raíz de que algún gracioso estaba pidiendo a los banqueros de Wall Street que emularan a los inversores que en 1929 se suicidaron tras el crack brustátil, Javier nos recomendó echar un vistazo al artículo de Soitu ¿Por qué no se están tirando por las ventanas los ejecutivos?. Allí se cuenta qué hay de verdad y qué hay de leyenda en esa clásica estampa de los inversores arruinandos arrojándose en masa desde los rascacielos de Wall Street:

Las leyendas de especuladores aterrados saltando al vacío forman ya parte de la tradición popular sobre la Gran Depresión. Sin embargo, y a pesar de que tirarse por un puente o por la ventana era la segunda forma más común de suicidio en Nueva York entre 1921 y 1931, la «epidemia de saltos suicidas debidos al crack» es tan sólo un mito. Entre el Jueves Negro y el final de 1929, sólo cuatro de los 100 suicidios y tentativas de suicidio registrados por el New York Times fueron saltos al vacío relacionados con la crisis, y sólo dos ocurrieron en Wall Street. (Hubo también algunos suicidios motivados por el crack que no consistieron en saltos fatales: los presidentes de County Trust Co. y Rochester Gas and Electric se suicidaron ambos, pero lo hicieron con un arma de fuego y con gas, respectivamente.)

Que existieran al menos dos casos de esa imagen tan tradicional evita que pueda considerarse la afirmación como una leyenda urbana en su totalidad, así que si acaso yo lo dejaría en «medio leyenda». Está bien saber que no fue algo masivo sino algo puntual, un ejemplo clásico de cómo la historia magnifica a veces anécdotas puntuales que solo afectaron a un reducido número de protagonistas.

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