Esta anotación fue publicada originalmente el 30 de marzo de 2007 en la sección Blog de Bloggers del diario El País.
En el blog tenemos desde su creación una sección llamada Leyendas Urbanas. Al igual que sucede con los nombres de otras categorías, agrupa muchos temas relacionados, de difícil definición y clasificación, de modo que suelen acabar todos con esa etiqueta genérica. Lo cierto es que no todas las historias raras que circulan por Internet son leyendas urbanas, ni todo encadenado es un bulo o un timo: a veces son «otra cosa». Por desgracia, los nombres que se utilizan en inglés y en castellano para designar a este tipo de «historias» a veces matizan también cosas ligeramente diferentes y nunca hay una frontera claramente delimitada. Este es un intento, sin duda imperfecto e incompleto, de traducir, explicar y clasificar los términos relacionados con las leyendas urbanas, junto con algunos ejemplos en base a todo lo que he podido leer por ahí tanto en Internet como en algunos libros y apuntes que hemos publicado:
Leyenda urbana (Urban Legend) – Es una historia moderna que circula entre la gente y que muchos creen como «basada en hechos ciertos y reales» aunque no sea cierta ni se corresponda con la realidad. Algunas leyendas urbanas son totalmente falsas. Otras parten de una base más o menos real, pero acaban exageradas o distorsionadas, con datos inconsistentes y contradictorios (como que sucedieron historias iguales a diversas personas, en países distintos y en épocas diferentes). Suelen tener componentes sensacionalistas y humorísticos, a veces también «moralejas» pretendidamente educativas, comunmente de transfondo sexual. Casi siempre se dice que le ocurrieron a «un amigo de un amigo». Ejemplos clásicos de leyendas urbanas son historias acerca de que Walt Disney está congelado (no lo está: véase su nicho y la historia completa) o los Cocodrilos que viven en las alcantarillas de Nueva York («alguien se cansó de tenerlos como mascotas y los tiró por el retrete, pero sobrevivieron y viven en las cloacas» – tampoco). En cierto modo, algunas leyendas urbanas son como los cuentos y muchas son historias de fantasmas o miedo (ej. La autoestopista fantasma). Se denominan «urbanas» precisamente para diferenciarlas de lo que son simplemente historias tradicionales, fábulas o mitos del folclore o la tradición oral (ej. asustadores de niños como El hombre del saco o El Coco). El autor Jan Harold Burnvand acuñó el término «leyendas urbanas» en 1979 en uno de los más clásicos libros sobre el tema. El mejor sitio para consultar y salir de dudas entre realidad y leyenda urbana: Snopes.com.
Bulo (Hoax) – Es una información engañosa propagada con algún fin concreto: como broma, para que sea difundida por los medios de comunicación a pesar de ser falsa, causar conmoción social, a modo de sátira, criticar o avergonzar a alguien, obtener visibilidad o incluso simplemente para mofarse de la gente más crédula. Ejemplos bien conocidos: el famoso Vídeo de la autopsia a un extraterrestre o el Priorato de Sión mencionado en El Código Da Vinci. más recientemente: el aparentemente útil Marcar el PIN al revés en el cajero alerta a la policía o el satírico Bush es el presidente de EE.UU con el cociente intelectual más bajo con el que «picaron» todos los medios de comunicación. Algunos bulos genuinamente españoles van dirigidos a dañar o difamar a ciertas personas (ej. José María Azar, María Teresa Fernández de la Vega) incluso llamando al boicot Los músicos de La Oreja de Van Gogh y su extraña relación con el grupo terrorista ETA.) Todo falso.
Correo encadenado (Chain letters) – Son mensajes que la gente se lleva enviando y reenvíando desde tiempos inmemoriales. Hoy en día son omnipresentes gracias al correo electrónico, pero existen desde hace siglos, cuando se inventó el papel (hay ejemplos de cartas encadenadas en Japón en el siglo VII e incluso de «documentos de la suerte que intentan perpetuarse a sí mismos» en jeroglíficos egipcios). Los más inofensivos prometen buena suerte «a quien siga la cadena» y terribles consecuencias «a quien la rompa». Algunos involucran a vírgenes o santos. Otros intentan «ayudar» a niños enfermos que quieren batir un récord como Craig Shergold (lleva desde 1989 recibiendo postales para su colección, que inundan la oficina de correos). Algunos dicen que Microsoft va a donar un dólar a los pobres cada vez que reenvíes el mensaje (¡Aha! ¿Y cómo saben que lo reenviaste?), otros son avisos de virus falsos. El mejor consejo: romper la cadena.
Timo, Estafa (Scam) – Son historias que ocultan un tipo de fraude que consiste en engañar a las personas a las que van dirigidos para obtener dinero ilegalmente. Normalmente quien lo recibe y sueña con beneficiarse es quien acaba engañado. El clásico entre los clásicos es la Estafa Nigeriana, que existe desde el siglo XVI y hoy en día también en Internet (algún familiar de alguien que vive en un país africano pretende sacar una cantidad de dinero del país, para lo cual solicita la ayuda del interlocutor, prometiéndole grandes beneficios a cambio de su ayuda – las variantes son infinitas.) Los Esquemas de Ponzi y los sistemas piramidales y los Sistemas para ganar a la ruleta «doblando y doblando» son otros ejemplos de «engaños con falsas promesas y esperanzas», auténticos homenajes a la ingenuidad. También hay correos basura que circulan con recomendaciones para ganar fortunas mediante «soplos» en el mercado de valores. Mala idea.
Meme – Son informaciones culturales cuyo atractivo natural hace que la gente las comparta y propague, de modo que pueden considerarse «autorreplicantes». En cierto modo los cuentos, leyendas urbanas, rumores y mitos parten un poco de esta idea de fondo. Un meme puede ser algo divertido, un dicho o frase célebre, una melodía como «feliz cumpleaños» o algo más abstracto como «la idea de Dios». El autor Richard Dawkins acuñó el término meme en su obra El gen egoísta en 1976. Desde entonces se ha utilizado en sociología e incluso márketing, con símiles y variantes como el márketing viral o el boca-a-boca. En el mundillo de los weblogs hay quien crea memes en forma de cuestionarios o juegos y los va pasando como la idea de que otros los propagen como mero entretenimiento. Suele funcionar.
Rumor – Es simplemente una especulación o información no confirmada ni contrastada. A veces tienen un objetivo predeterminado y desinformativo, en ocasiones son simplemente frutos de malentendidos o errores. A veces los rumores son ciertos y terminan convirtiéndose en noticia (ej. Google compra YouTube) o pueden tener terribles consecuencias (ej. Cientos de heridos en el fútbol italiano cuando se propagó el rumor de que la policía había atropellado a un niño en un estadio). Algunas empresas como Google o Apple son blanco de innumerables rumores cada vez que se acerca la época de lanzamiento de productos; los aficionados llegan a crear a modo de broma elaboradas fotos o vídeos de productos falsos (fakes) que bien podrían pasan por reales. En cierto modo, algunas teorías de conspiración podrían ser calificadas también como «rumores malignos» o «deinformación profesional», forman un enorme grupo por sí mismas.
Lo siguiente podría ser un resumen de los diez signos inequívocos de que «algo» puede ser un bulo, mito urbano, timo, broma o rumor maligno. En general cuantos más puntos, más probabilidad de que algo no sea lo que parece:
- Le sucedió a un amigo de un amigo de un amigo.
- Comienza con «según un reciente estudio…».
- Acaba con «esto es muy importante ¡Por favor pásalo!
- Apela a la autoridad («el gobierno, la policía, los científicos … dicen…») pero sin concretar demasiado.
- Faltan datos importantes como fechas o lugares concretos, resulta difícil comprobar las fuentes, si acaso se citan.
- Una búsqueda sencilla en Internet sobre lo que se narra no revela nada fiable sobre el tema.
- Hay cierta moraleja de carácter sexual o sobre «malas costumbres» que son castigadas al final de la historia.
- Has oído antes alguna variante muy similar aunque con otros protagonistas o lugares.
- La cadena de reenvíos fwd: fwd: fwd: llega hasta el infinito.
- ¡Es demasiado bueno como para ser cierto!
Por analizar uno de los ejemplos más conocidos en España a finales de los 90, la leyenda urbana sobre La niña de la mermelada, el perrito y Ricky Martin: nadie lo vió pero todo el mundo conoce a alguien que lo vió (1); apela a la autoridad de los medios «¡emitido en directo en Sorpresa, Sorpresa de Antena 3 televisión!» (4); carece de datos como la fecha de emisión que lo harían fácilmente comprobable (5); lo que hay publicado en Internet se refiere a que es una leyenda urbana, y en su día era imposible encontrar nada fiable, ni obviamente el supuesto vídeo (6); tiene una fuerte moraleja sexual «hacer eso es malo y puedes caer en el ridículo a nivel planetario» (7); existen variantes más antiguas en Estados Unidos con una niña, un perrito y mermelada de cacahuete que datan de 1994 (8); y finalmente… Es demasiado bueno para ser cierto (10).