Por @Alvy — 2 de enero de 2015

Este vídeo es bastante viejuno. Aunque no hay muchos datos dicen que muestra cómo una perra labradora reacciona unos segundos antes de que las personas que están en una oficina sientan un temblor de tierra de magnitud 6,5. Se supone que sucedió en California en 2010. La perrilla (Sophie) se hizo famosa y hasta tiene una web: Earthquake Dog.

No está muy claro científicamente si los animales detectan este tipo de fenómenos ni si acaso pueden hacerlo: se habla de terremotos, tsunamis o erupciones volcánicas a punto de suceder. Podría ser que se deba simplemente a que algunos de sus sentidos son muy agudos o a que detectan con un «sexto sentido» algo que para nosotros es inapreciable: vibraciones, descargas eléctricas o incluso cambios magnéticos.

También sucede que muchas de las noticias que se oyen al respecto no parecen pasar de anécdotas, cuentos o boca-a-oreja de baja fiabilidad. De modo que también es muy posible que el efecto no sea en absoluto real. En el vídeo, por ejemplo, la diferencia de tiempo entre que la perrita sale corriendo y una persona que está allí hace lo mismo es apenas apreciable (y no tiene sonido). Aquí hay otro vídeo similar. Y en este otro se habla de 11 minutos (!) Muchos de ellos se resumen en «el perro/gato empieza a hacer cosas raras porque ‘sabe’ que algo no va bien», según la interpretación del dueño. Incluso hay quienes hablan de «horas» de anticipación.

Por otro lado, y aunque este efecto se produjera de algún modo que desconocemos, no parece que fuera algo sistemático y predecible. Y dado que los escenarios, casos y tiempos de reacción parecen muy variables tampoco puede plantearse que pudieran servir como sistema de predicción o alerta de forma fiable y útil.

Lo que he leído por ahí en una búsqueda rápida no parece muy definitivo en un sentido o en otro, excepto que para los científicos no hay todavía evidencias suficientes. El tema incluso se trató en New Scientist ($) (hay una explicación aquí) sin que resultara nada concluyente. De modo que la cautela y precaución recomienda archivarlo en la sección de leyendas urbanas a falta de más información.

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